Cinco lugares más siniestros que no te atreverías a visitar

Cinco lugares más siniestros que no te atreverías a visitar
Cinco lugares más siniestros que no te atreverías a visitar.

Bienvenidos a una nueva recopilación de artículos de terror estimados suscriptores. Este día especial de la semana en el que les haremos pasar un mal rato. Aunque muchos ya lo deben estar pasando con esta pandemia del Coronavirus. 

Desde aquí les mandamos muchos ánimos para afrontar lo que aún sigue de la COVID-19 (SARS-CoV-2). 

Y pensar que hay otros lugares mucho más aterradores que el colegio o el instituto, y que tampoco les gustaría pisar, como las cuevas de Sablinskaya, donde se esconde una tribu de feroces caníbales, la isla maldita en México, donde cuelgan cabezas de muñecas por todas partes o el avión de aerolíneas Argentinas comandado por una tripulación fantasma. 

Acompáñanos en nuestro viaje para descubrir algunos de los lugares mas siniestros del mundo. 

MaLO (LV-MLO)

Es muy común escuchar historias acerca de casas habitadas por espíritus, pero que esto suceda en un avión, ya no es tan normal. 

Corría el año 1979 y la compañía de aerolíneas Argentinas adquirió su segundo jumbo; un modelo Boeing 747 200, un gigante de 71 metros de longitud y 174 toneladas de peso, capaz de transportar hasta 480 pasajeros, su matrícula era LV-MLO, por eso era conocido por todos como MaLO

MLO (MaLO). 

Operó hasta 1983, cuando pasó a dar servicio a otras compañías como Metro Internacional o Federal Express

Hasta que volvió a líneas argentinas en 1990, donde siguió volando el resto de la década. 

En esta época había una tripulante de cabina, una apasionada de su profesión. Que tenía un cariño muy especial por esta nave. 

Ella era muy religiosa y coincidía que el MaLO había realizado su primer vuelo el 8 de diciembre de 1978, día de la Virgen de la Argentina. 

Tanto era así, que cuando le fue diagnosticada una enfermedad terminal, consciente de que iba a morir, solicitó trabajar sólo en ese avión durante el resto de sus días. 

Falleció unas horas después de su último vuelo. 

Algunos meses más tarde, cuando el MaLO estaba siendo revisado en los hangares del aeropuerto de Ezeiza, Buenos Aires, una figura borrosa y transparente, se le apareció a dos mecánicos en la bodega trasera de carga. 

Tras el susto inicial, se reviso a fondo la nave, pero no se encontró nada. 

En otra ocasión en que estaba recibiendo una puesta a punto, el personal de limpieza que trabajaba a solas en la cabina superior, escuchó unos ruidos extraños en la sección de primera clase. 

Uno de ellos decidió bajar a inspeccionar y en mitad del pasillo central, se encontró una fantasmal figura femenina vestida con el uniforme de la compañía

Fue entonces, cuando se hizo popular la leyenda acerca del avión encantado y el espíritu de la auxiliar de vuelo que lo habitaba. Pero, los misteriosos sucesos no acabaron ahí. 

En el año 2000 durante una escala en el aeropuerto de Barajas en Madrid, un par de mecánicos de la compañía Air Plus, también huyeron despavoridos de la nave. 

Posteriormente le confesaron a uno de los comandantes del vuelo, que mientras trabajaban en la cabina de pasajeros, habían notado la presencia de un ente extraño. 

Por fin, después de muchos incidentes, a mediados de 2001 el MaLO fue retirado de servicio y estacionado a la intemperie en una explanada del aeropuerto de Ezeiza para servir como fuente de piezas de repuesto para otros aviones de la compañía. 

Sin embargo, cuando empezaron a desmontar los motores, 5 mecánicos escucharon fuertes ruidos dentro de la bodega delantera. 

Lo revisaron a fondo y no encontraron nada. Pero; cuando volvieron a la actividad, una vez más escucharon ruidos extraños, esta vez, dentro de la cabina, como no había ninguna escalera y las puertas de acceso estaban cerradas, uno de ellos decidió elevarse en una grúa hasta la hilera de las ventanillas, echando una ojeada dentro, se quedó helado al ver una azafata caminando por el pasillo

Una vez más, el avión fue revisado de arriba a abajo, pero no se encontró nada. 

Daba la impresión, de que el avión quería asustar a todo aquél que se acercase a el, o como si alguien que tuviese mucho cariño por esa nave, quisiese impedir que desapareciera. 

La isla de las muñecas

Aunque México está lleno de paradisíacos lugares, hay uno que lo que produce se asemeja más al terror que a cualquier otra sensación. 

En medio de un pantano, las cabezas de bebés de plástico cuelgan por todas partes. 

Les estamos hablando de la isla de las muñecas, situado en la ciénaga de Xochimilco, en la parte sur de la ciudad de México. 

Allí hay construidas muchas chinampas, una especie de islas artificiales que están formadas por balsas cubiertas de tierra y que se solían usar para expandir el terreno de cultivo, a las que se llega a través de trajineras. 

Don Julián Santana Barrera era el dueño de uno de estos islotes, uno completamente adornado por un montón de tétricas muñecas abandonadas. 

Empezó a decorar el lugar con las dichosas representaciones de la figura humana a partir de 1950. 

Santana era un hombre agradable, que siempre salía del barrio de la Asunción hacia su chinampa para recoger su cosecha que después vendía, pero; poco a poco dejó de hacer eso y se mudó a la misma isla alrededor de 1975, convirtiéndose en una especie de ermitaño. 

A partir de ese momento, paró de bajar a vender y esta actividad pasó a manos de su sobrino; Anastasio

Julián le confesó por qué había comenzado con la recolección de las siniestras muñecas

Supuestamente el hombre presenció como una joven niña se ahogaba entre los lirios del pantano antes de que pudiese hacer nada. 

Desde ese momento, el espíritu de la niña empezó a acosarlo todas las noches. El pobre hombre no era capaz de dormir, así que decidió empezar a recoger muñecas de todas partes, de la basura, de la calle, de donde fuera, para utilizarlas como protección contra los malos espíritus. 

Los vecinos observaron perplejos como cada vez, la chinampa de Julián tenía cada vez más y más muñecas. Unas enteras u otras a pedazos. Sus cabezas y extremidades y cuerpos empezaban a adornar cada centímetro de la isla

El propio Julián aseguraba que algunas de las muñecas aparecían allí solas, sin que nadie las colocara y según él, esas lúgubres figuritas le hacían compañía, lo cuidaban y ayudaban a que se dieran mejor las cosechas. 

Los residentes del barrio, pronto empezaron a pensar que la isla de las muñecas debía de estar maldita. A veces se escuchaban las risas o los sollozos de los juguetes. 

Este miedo a las muñecas tiene un nombre, se llama Pediofobia y viene siendo el miedo a las representaciones inertes del cuerpo humano, el terror de que estas nos miren o se levanten de su estantería. 

¿Pero a qué viene este pavor? 

Desde tiempos inmemoriales, las muñecas han tenido fines mágicos o macabros, por ejemplo; en Japón existe una fiesta llamada Hina Matsuri o la fiesta de las muñecas. En las que se utilizan las muñecas para atrapar espíritus demoníacos y así evitar el encuentro de estos con sus dueños. 

También en la cultura vudú se utilizan las figuritas humanas de trapo como puente para maldiciones. 

Sin irnos demasiado lejos, son varias las adaptaciones de historias de terror en la que la tensión es creada a partir de una muñeca de porcelana que se mueve, está maldita y amenaza con acabar con la vida de los protagonistas de la historia. 

La película de Annabelle de 2014 o su precuela; Annabelle Creation del 2017, trata el tema de las muñecas demoníacas. 

Hacia los años 90; la isla de las muñecas se convirtió en un sitio turístico después de que la chinampa fuera nombrada patrimonio de la humanidad en 1987. 

La gente empezó a visitar la isla, incluso a una de las muñecas, la preferida de Julián; La Moneca, los visitantes le piden deseos y le hacen ofrendas para que éstos se cumplan. 

Uno de tantos días; Julián Santana y sus sobrinos salieron juntos a pescar como muchas otras veces, pero ese día Julián le contó una nueva historia… 

… En el lago había una hermosa pero también peligrosa sirena que hacía un tiempo que lo pretendía. 

El bello ser marino era cada vez más insistente y siempre estaba intentando engañarlo para que se fuera con ella. 

Pero no debía preocuparse, porque él le cantaba para que se fuera y lo dejase en paz. 

Aquél mismo día, cuando Anastasio volvía de vender la cosecha, se encontró al pobre Don Julián fallecido en la orilla. El hombre había sufrido un ataque al corazón, justo donde le había dicho a su sobrino que la sirena lo pretendía. 

Desde ese momento, Anastasio pasó a hacerse cargo de la Chinampa. Podría parecer que los hechos misteriosos de la isla acabarían ahora, pero no fue así. 

El sobrino de Julián aseguró escuchar en varias ocasiones como las muñecas se movían solas de un lugar a otro. A veces lloraban y escuchaba a su tío hablar con ellas para tranquilizarlas. 

Los turistas siguieron acudiendo a la isla y haciendo más ofrendas, muchas de estas solían ser más muñecas, que Anastasio siguió colocando en la isla en honor a su fallecido tío. 

Algunos visitantes no eran tan agradecidos y en lugar de dejar una muñeca en la isla o simplemente no hacer nada, se llevaban alguna muñeca como souvenir. Pero estas personas acabaron abandonándolas por el terror que les causaban. 

La isla de las muñecas es un gran paraje turístico desde hace años. Los visitantes comentan que el lugar es a la vez hermoso y tenebroso. 

Muchos de ellos también aseguran que algunos de sus deseos se han cumplido después de rezarle a la muñeca. 

¿Y tu? ¿Conocías la historia de la tétrica isla de las muñecas? ¿Te atreverías a visitarla? 

El triángulo de las Bermudas

Seguro que muchos de ustedes estimados suscriptores habían oído hablar del triángulo de las Bermudas. Un vacío en medio del mar plagado de desapariciones misteriosas y accidentes inexplicables. 

Pero, ¿sabes dónde se encuentra exactamente o qué pasó en el? Y sobre todo, ¿cuánto hay de verdad en este fenómeno paranormal? 

Se trata de un extensa área geográfica sobre el océano Atlántico con forma de triángulo equilátero, cuyos vértices van desde las islas Bermudas a Puerto Rico y hasta la ciudad Estadounidense de Miami, en la península de Florida

Al unir estos tres puntos con una línea imaginaria, se forma una área de unos mil ochocientos kilómetros de largo y una superficie de uno con un millones de kilómetros cuadrados. Más o menos el tamaño de Colombia

Por su situación, al sureste de los Estados Unidos y al norte de las islas del Caribe, se trata de una zona con un gran tránsito de naves. 

Ya en la antigüedad, los barcos pasaban por allí para aprovechar los vientos y la corriente del Golfo, pero al mismo tiempo, esas corrientes traen consigo un tiempo muy inestable, con constantes huracanes que suponen un peligro para las embarcaciones. 

En el siglo XV, cuando Cristóbal Colón cruzó esta zona, dijo haber visto una gran llama de fuego que se estrelló en el mar y semanas más tarde, una extraña luz apareció en la distancia. 

Pero el misterio que desencadenó este mito, sucedió hace mucho más recientemente, el cinco de diciembre de mil novecientos cuarenta y cinco, el vuelo diecinueve, un escuadrón de cinco bombarderos TVM Avengers, salió de la base Fourt Lauderdale en Florida para un sencillo ejercicio de entrenamiento. 

El clima parecía estable y los aviones habían sido revisados recientemente. Cuando se hallaban a unos kilómetros de la costa, el líder del vuelo, el teniente Charles Carroll Taylor, empezó a informar de que todo parecía extraño, incluso el océano. 

Poco después, se perdió el contacto por radio y las aeronaves se desvanecieron sin dejar rastro. 

Se decidió entonces, enviar a la zona un hidroavión PBM Mariner para intentar localizar los restos de los bombarderos. La nave de rescate y sus trece pasajeros también desaparecieron inexplicablemente. 

Y en el informe oficial, la Marina atribuyó el accidente a causas desconocidas. 

Pero los incidentes no sólo se producían en el aire. Otro caso famoso fue el SS Marine Sulphur Queens, un buque de carga con treinta y nueve tripulantes a bordo. La última noticia que se supo de el, fue el cuatro de febrero de mil novecientos sesenta y tres, cuando envió un mensaje rutinario. Unos días después, se encontró un chaleco salvavidas y varios restos del barco. 

A pesar de que se mandó un equipo de rescate, nunca se encontró la nave, ni las víctimas. 

La prensa comenzó a hacerse eco de los extraños incidentes en la zona, hablando de; un triángulo del diablo. 

Pero la popularización de esta área a nivel mundial, se produjo cuando la publicación en mil novecientos setenta y cuatro del Best Seller “EL Triángulo de las Bermudas” del Estadounidense Charles Berlitz

En él; el investigador paranormal recopila muchos más casos. Cientos de desapariciones de aviones y barcos, que demostraban que algo extraño sucedía en el zona. 

El libro vendió veinte millones de copias en más de treinta idiomas y medio mundo se obsesionó en buscar una explicación lógica o no a estos extraños sucesos. 

Se habló de abducciones de seres extraterrestres, portales que conducían a otras dimensiones, hasta de la existencia en el fondo del mar, de los últimos supervivientes de la civilización perdida de Atlantis, que con su avanzada tecnología interferían con el instrumental de las embarcaciones humanas. 

Aunque también ha habido otras teorías más científicas, como anomalías en el campo magnético de la tierra que inutilizarían las brújulas de navegación o la emisión de burbujas de gas metano desde el subsuelo marino, que al emerger hundieron los barcos en cuestión de minutos. 

Incluso un estudio asegura que en la zona pueden producirse olas de hasta treinta metros de altura. 

Lo cierto es que detrás de la teoría del ‘Triángulo de las Bermudas’ hay muchas verdades a medias. 

Las investigaciones de otros periodistas, como el también Estadounidense Larry Kusche demostraron que Charles Berlitz había falseado algunos casos para darle más misterio al libro. Manipulaciones como cambiar las condiciones meteorológicas de malas a buenas o situar en el área sucesos que no habían pasado allí. 

Hasta llegó a inventarse completamente algunos de ellos. 

El sentido común nos dice que al haber tanto tránsito aéreo y marítimo, no es extraño que se produzcan tantos accidentes. De hecho, la gran aseguradora marina Lloyd’s, ha determinado que la proporción es similar a otras zonas del ecuador terrestre, y no cobran ninguna tasa extra a sus barcos por pasar a través de ella. 

Y la administración oceánica y atmosférica de los Estados Unidos, tampoco reconoce su existencia, por eso no figura en los mapas. 

Sentimos romper sus ansias de misterio mis estimados suscriptores. Lo cierto es que aunque la teoría del ‘Triángulo de las Bermudas’ no se sustente en general, muchos de los casos particulares de accidentes o desapariciones siguen hoy sin explicación. 

Así que los animamos a leer más sobre ellos y tratar de buscar una explicación. ¿Quién sabe? Puede que se encuentren con un enigma mucho mayor. 
 

The Winchester Mystery House (La mansión Winchester)

En la ciudad de San José, en California, existe un tétrico y gigante edificio que ocupa la enorme cantidad de veinte mil metros cuadrados. La Winchester Mystery House. Una de las construcciones más misteriosas e inverosímiles de todo el mundo. 

El origen de esta historia es bastante sangriento, se remonta a la creación del rifle Winchester. Esta arma fue de las que más vidas quitó en la lucha entre los nativos americanos y los Estadounidenses en la década de mil ochocientos sesenta. 

En mil ochocientos ochenta, William Wind Winchster, heredó la empresa de su padre, que se había convertido en multimillonario, gracias a la conocida arma y demás arsenal posterior. 

Como si de una maldición se tratase, William falleció tan sólo una año después, a la edad de cuarenta y tres años de edad, dejando sola a su esposa Sarah, la que recibió una ingente cantidad de dinero, unos veinte millones de dólares de la época, que equivaldrían a unos quinientos millones al día de hoy y cobrando además la gran suma de mil dólares diarios, que serían unos veinticinco mil actualmente. 

Tras la muerte de su esposo, su mente se quebró por completo, la pareja ya había perdido a una hija cuando ésta sólo tenía cuatro años, y tras el fallecimiento de William, Sarah se quedó completamente desconsolada. 

Intentó buscar una explicación lógica en su desgracia pero estaba tan dolida que fue incapaz, así que decidió buscarla en el mundo paranormal. 

La mujer visitó a una médium en busca de respuestas. La bruja le aseguró que estaba maldita por beneficiarse de la muerte de tanta gente y que todos los espíritus de los fallecidos ante las armas de la familia de su marido, la acosarían el resto de su vida. 

Para evitar una muerte temprana la ocultista le dijo que debía crear una casa, pero no una casa cualquiera, un hogar para los muertos, que la dejarían en paz mientras el edificio no estuviera terminado. 

Así; Sarah Winchester, en mil ochocientos ochenta y cuatro, se hizo con un gran terreno en San José, donde ya había una pequeña granja de ocho habitaciones, contrató una legión de obreros que empezaron a reformar la casa. 

Sería una casa en la que siempre habría alguien trabajando todos los días del año hasta la muerte de la señora Winchester

Sarah tuvo miedo de que si no participaba en la obra, los espíritus fuesen en su busca. Entonces decidió que ella misma la dirigiría. 

De aquella pequeña granja construyó un edificio tremendamente ostentoso. En cierto momento la casa llegó a alcanzar los siete pisos de altura, pero; tras le gran terremoto de San Francisco en mil novecientos seis, la estructura sufrió graves daños y los obreros tuvieron que derribar gran parte del edificio. 

Sarah entendió esto como un mensaje de los espíritus. Actualmente la vivienda consta de cuatro pisos en su altura máxima. 

La obsesión de Sarah por los fantasmas también hizo que se tirasen muchas partes de la casa para luego volver a construirlas. 

Ordenó colocar extrañas trampas para los fantasmas, puertas que llevan a paredes en blanco, incluso que llevan al exterior, pero en un piso superior y sin ningún tipo de balcón. Extrañas ventanas interiores, como ventanas en el suelo, escaleras que no llevan a ningún sitio o torreones sin sentido, todo un laberinto. 

La señora Winchester conocía cantidad de ritos, simbología y técnicas de encriptación. 

Muchas de las obras aparentemente producidas por la locura de Sarah, tenían un significado escondido, por ejemplo; ella siempre pensó que el número trece la protegería de la muerte, por eso la casa tiene trece baños, de los cuales a uno de ellos se llega cruzando una escalera de trece escalones y que tiene trece ventanas. 

El pavimento de la entrada está dividido en trece secciones. En el dormitorio de Sarah hay un armario con trece ganchos a los que colgaba trece vestidos que utilizaba en sus sesiones de espiritismo. 

También hay trece cúpulas de cristal, hasta su testamento estaba dividido en trece secciones y fue firmado trece veces. 

Las excentricidades de Sarah nunca desaparecieron, es más; fueron empeorando. Se dice que se cubrió la cara con un velo oscuro para que nadie le viera nunca el rostro. 

Supuestamente, nunca durmió en la misma habitación dos veces seguidas, Así; los espíritus no sabrían donde encontrarla. 

También, construyó una sala de espiritismo para poder hablar con los muertos. 

El cinco de septiembre de mil novecientos veintidós y a la edad de ochenta y dos años, sarah Winchester falleció, después de pasar treinta y ocho años construyendo su casa para los muertos. 

Hasta la fecha, había invertido en la casa más de cinco millones de dólares, unos setenta millones actuales. 

Todas sus pertenencias las heredó a su sobrina, Miss Marian Merriman Marriott, que en los últimos años de vida de Sarah se había convertido en su secretaria personal. 

Su sobrina tomó todo lo que quería y vendió el resto en una subasta privada. Supuestamente, seis camiones trabajaron ocho horas al día durante seis semanas para quitar todos los muebles del hogar. 

Mientras que la mansión se vendió en una subasta a un inversor local y posteriormente se alquiló durante diez años a John y Mayme Brown, que cinco meses después de la muerte de Sarah abrieron la mansión al público. 

Pero; lejos de espantar a la gente, la mansión fue convertida en una atracción turística , The Winchester Mystery House. Y se empezaron a realizar tours por el edificio. 

Aún así; no se recomienda caminar sólo por la casa Winchester, pues es tan grande que en su momento, los obreros y criados necesitaban planos para guiarse por la casa. 

Los actuales dueños advierten que si alguien pasea a solas por el edificio y se pierde, puede que jamás se vuelva a saber nada más de esa persona. 

La historia de Sarah y la mansión es tan fascinante, que en dos mil dieciocho se estrenó una película de terror basada en ella; Winchester, protagonizada por Helen Mirren

Desde hace muchos años, los visitantes el edificio comentan que el lugar es impresionante y espeluznante al mismo tiempo. Muchos también aseguran haber sentido voces de alguien que no estaba o extrañas corrientes de aire cuando no hay ninguna ventana o puerta abierta. 

¿Y tú? ¿Te atreverías a dar un paseo por ella? 
 

La cueva de Sablinskaya

La cueva de Sablinskaya es un complejo entramado de túneles subterráneos que se encuentran a tan sólo cuarenta kilómetros de San Petersburgo, la segunda ciudad más grande de Rusia

Sobre ella pesa una leyenda negra con cientos de víctimas y desaparecidos, atribuidos a la existencia de una fuerza maligna en su interior. 

El interés por esta cueva surgió en el siglo XVIII, cuando se descubrió que albergaba una gran cantidad de arena de sílice, que se usa para la fabricación de vidrio. 

Su extracción la convirtió en un laberinto subterráneo, que supera los siete kilómetros, con lagos inundados y decenas de grandes salas conectadas por pasillos de varios metros de altura. 

Muchos mineros perdieron la vida allí debido a las malas condiciones de trabajo. 

Entre sus compañeros, empezaron a correr leyendas de seres intraterrestres que hacían desaparecer a los trabajadores. 

También describían la presencia de una dama vestida de blanco, con el rostro envuelto en un sudario y una vela en las manos, que lloraba constantemente por los mineros fallecidos. 

Otros afirmaron encontrarse con un anciano de barba gris, que les advirtió de no entrar en ciertas galerías que posteriormente, acabaron derrumbándose. 

Por fin, en el año mil novecientos veinticuatro, se abandonaron los trabajos de extracción, pero; las minas y cuevas quedaron allí, sirviendo de refugio para delincuentes, fugitivos o gente sin hogar, hasta el estallido de la segunda guerra mundial, en la década de los cuarenta. 

Las tropas Nazis, comenzaron la invasión de tierras rusas y el primer gran objetivo de Hitler, era arrasar por completo la ciudad de Leningrado, actual San Petersburgo, para hacerla servir como golpe moral al resto del país. 

Las tropas alemanas llegaron a sus puertas en septiembre de mil novecientos cuarenta y uno, pero; el ejército ruso y la población de casi tres millones de personas, soportó valientemente la agresión. 

Esto enfureció al Führer (jefe, líder o conductor), que trazó un desalmado plan para hacer caer la ciudad; rodearla, cortar todos los suministros y esperar a que la población muriera de hambre. 

A esto, se sumó la llegada del invierno y los habitantes tuvieron que soportar temperaturas de hasta 30 grados bajo cero, sin electricidad, ni calefacción. 

Los cadáveres se empezaron a acumular en las calles, con una mortalidad que llegó a las 25 mil personas diarias. 

La gente comía hierba o cola (vegetal), hervía el papel de las paredes y de los cinturones de cuero, se comía el papel de los libros y el poco pan que había, se adulteraba con serrín. 

Era cuestión de tiempo que el canibalismo se acabara adueñando de la ciudad. 

Los supervivientes relataron haber visto cadáveres a los que les habían arrancado las nalgas o partes de las piernas y a otros que les extrajeron las vísceras. 

Incluso; se llegó a atacar a los vivos y barrios enteros eran controlados por grupos violentos de antropófagos. 

Cuando por fin, la ciudad fue liberada, tras dos años y medio de asedio, unas mil cuatrocientas personas fueron acusadas de canibalismo y se ejecutó a más de trescientas. Algunos de ellos; lograron escapar. 

Para ellos; cuevas como la de Sablinskaya, eran el lugar perfecto para esconderse. 

Tanto es así; que en la década de los setenta, cuando las autoridades quisieron rehabilitar el lugar, se encontraron con un descubrimiento escalofriante. 

Cerca de 200 personas vivían escondidas allí, organizadas en clanes con nombres como Los sádicos, Los Palos o los Kamikazes

Las autoridades los evacuaron de allí, pero; se cree que algunos escaparon nuevamente y se refugiaron en lo más profundo. 

Actualmente; las cifras oficiales cuentan que cada año, unas veinte personas desaparecen en el interior de la cueva de Sablinskaya y sus proximidades. 

Algunos expertos apuntan que la causa podría ser la peligrosidad de las zonas inundadas. Algunas con arenas movedizas, pero lo cierto es que no se ha hallado ningún resto de los desaparecidos en su interior. 

La policía, va más allá y cree que los responsables serían antiguos habitantes de las cuevas que todavía permanecen allí, pero las galerías de Sablinskaya, son tan extensas e intrincadas, que atrapar a alguien es una misión casi imposible. 

Por su parte, los miembros de sus clanes, que antiguamente vivían allí, afirman que muchos de sus compañeros también desaparecieron sin dejar rastro. Lo atribuían a criaturas que vivían debajo de la tierra. 

Finalmente, a las autoridades no les ha quedado más remedio que acordonar la zona y delimitar qué partes de la cueva pueden visitarse, siempre bajo estrictas normas de seguridad y con la premisa de no abandonar nunca el grupo, ni explorar zonas no autorizadas. 

En una de ellas está la galería bautizada como “Sala de los caníbales” por sus antiguos habitantes. Está decorada con abundantes cráneos y de su techo cuelga una muñeca siniestramente decorada. 

A escasos metros, la cabeza decapitada de un maniquí de mujer, cuelga también boca abajo y a la salida  de la sala, una tumba; la única de la cueva, donde descansan los restos de una de las personas que murieron en su interior en extrañas circunstancias. 

Nadie sabe quién la enterró, únicamente dejó una cruz de hierro en el sepulcro. 

A día de hoy, se desconoce si se trata de fantasmas, criaturas del inframundo o un clan de antropófagos, lo único seguro es que algo maligno y desconocido espera en las profundidades de la cueva de Sablinskaya a todo aquél que se atreva a acercarse. 
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Cinco lugares más siniestros que no te atreverías a visitar
Cinco lugares más siniestros que no te atreverías a visitar; un avión de pasajeros, la isla de las muñecas, la mansión Winchester, Sablinskaya la cuev
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