Luis Fernando Flores Alvarado. |
Luis Fernando Flores Alvarado, conocido en Youtube como Fernanfloo, nació el ocho de julio de mil novecientos noventa y tres (1993) en El Salvador.
Fernan, es el mediano de tres hermanos. De pequeño era un niño inquieto, revoltoso y bastante miedoso, bueno y algo tímido también.
Junto a sus hermanos se pasaba el día haciendo travesuras.
Su amor por las videoconsolas empezó temprano.
Su primera novia fue una Nintendo 64, que le regaló su padre cuando tenía sólo cuatro añitos.
Ha tenido otros grandes amores, pero ahora mismo su corazón pertenece a la PS4.
En el colegio lo llamaban Chino por sus ojos rasgados.
Fernan confiesa que no tiene ascendencia Asiática que él sepa, aunque le apasiona el manga y el anime.
También le gustan las caricaturas para niños como Bob Esponja, Phineas y Ferb y no olvidemos que es fan absoluto del Chavo del 8.
Le encanta la leche y jugar al baloncesto. Quizás por eso es tan alto, mide un metro con ochenta y cinco centímetros.
Eso si, recuerda; si lo encuentras por la calle no se lo digas, que el pobre ya está harto de que todo el mundo se lo repita… –Igual me pasa lo mismo, mido un metro con ochenta y siete centímetros–.
Cuando tenía dieciocho años, en dos mil once (2011) y mientras veía un vídeo de Dross, su Youtuber favorito, decidió que abriría su propio canal.
Tendría un montón de juegos, gameplays y cosas de Random. Y así, de la nada nació Fernanfloo, un canal que cuenta ahora mismo con casi treinta y nueve millones de suscriptores.
Increíble...
Es cierto que en sus vídeos tiene una personalidad algo alocada y un poco desequilibrada.
Aunque él prefiere que lo definan como una persona con conducta muy peculiar.
A diferencia de otros gamers populares, Fernanfloo odia Minecraft, pero se defiende a muerte en el Call Of Duty.
Eso si, como aparezca un Chihuahua, necesitará la ayuda de sus perros Fary y Curly para defenderse.
En dos mil dieciséis parece que va a ser el año de Fernanfloo, sus suscriptores no paran de crecer y a él no paran de ocurrírsele vídeos geniales, así que creo que nos quedan locuras de Fernan para mucho, mucho rato.
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