Walter Elias Disney (Walt Disney). |
Walter Elias Disney; nació el cinco de junio del cero uno (1901), en Chicago, Illinois.
Walter es el cuarto hijo de los cinco que tuvieron Elias Disney y Flora Call Disney.
Su infancia transcurrió entre apuros económicos por los continuos cambios de oficio de su padre.
Pasó su infancia en una granja de su padre en un pueblo de Missouri. Allí convivió con la naturaleza y los animales.
Su madre le leía cuentos clásicos y fue donde comenzó su interés por el dibujo.
En el cero nueve (1909), su padre enfermó y la familia se vio obligada a trasladarse a Kansas City.
Durante este tiempo Walter, que vendía periódicos y ya ganaba ocasionalmente algún dinero con sus caricaturas, se matriculó en el Instituto de Arte de Kansas City, donde aprendió las primeras nociones sobre la técnica del dibujo.
Fue en aquellos años de su adolescencia cuando descubrió el cine, un invento que le apasionó desde el principio.
En el diecisiete (1917), regresó con su familia a Chicago y en el dieciocho (1918) falsificó su acta de nacimiento y se alistó con diecisiete años como soldado en la cruz roja para combatir en la primera guerra mundial.
Llegó a Europa cuando ya había paz, pero estuvo destinado en Francia y Alemania, hasta septiembre del diecinueve (1919).
Al regresar, encontró trabajo en una agencia de publicidad, donde conoció a Ubbe Iwerks; un talentoso dibujante que se convertiría en su compañero de aventuras a lo largo de los años.
Los dos juntos decidieron montar su propia compañía de animación cinematográfica, pero tuvieron que cerrar con el tiempo por la quiebra de uno de sus principales clientes.
En el veintitrés (1923), Disney decidió emigrar a Hollywood, pero la industria cinematográfica no recibió a Disney tan bien como se esperaba, así que decidió crear su propia empresa de animación con su hermano Roy (Roy Oliver Disney).
En octubre del veintitrés (1923), nace el Disney Brother Studio (Disney Bros. Studio).
Un año más tarde Ub Iwerks se unió a la compañía y Walter pudo dejar de trabajar como animador para dedicarse al área para la que siempre estuvo más capacitado, la creación de personajes y argumentos y la dirección.
En el veinticinco (1925), Walter se casó con Lillian Bounds (Lillian Disney), una joven empleada del estudio con la que tuvo dos hijas; Diane Disney Miller, que nació en el treinta y cinco (1935), cuando el matrimonio ya había descartado que pudieran tener hijos y Sharon Mae Disney, a la que adoptaron en el treinta y seis (1936).
En mil novecientos veintiséis (1926), se trasladaron a unos estudios más grandes y cambiaron el nombre a Walt Disney Studios.
Parecía que todo iba viento en popa, pero la compañía sufrió un importante revés, cuando su principal cliente se apropió de los derechos del conejo Oswald, un personaje creado por Disney, que había protagonizado los cortometrajes más famosos del estudio.
En mil novecientos veintiocho (1928), dispuestos a no caer de nuevo en una trampa similar, deciden buscar un nuevo personaje.
Diseñado por Iwerks y con la voz de Walter, llega al mundo el ratón Mortimer, que pronto se rebautizó como Mickey Mouse. Había nacido una estrella.
Mickey Mouse se convirtió en un éxito rápidamente.
Walter, siempre atento a las últimas innovaciones, se apresuró a incorporar el sonido en las películas de Mickey y en noviembre del veintiocho (1928) se estrenó Willy en el barco de vapor (Steamboat Willie) que obtuvo un éxito rotundo del público y crítica.
Adicto al trabajo Disney tuvo una seria crisis, que hizo que a finales de mil novecientos treinta y uno (1931) emprendiera unas largas vacaciones con su esposa por Europa, donde aprovecharon para impregnarse del arte Europeo.
De vuelta a Hollywood, se apuntó a un club deportivo, donde practicaba boxeo, lucha libre y golf. Poco después descubrió la hípica y finalmente el polo, del que fue un fanático durante el resto de su vida.
Una afición que cultivó con tanta pasión, como su fascinación por los trenes y las miniaturas.
Respaldado siempre por un equipo de excelentes dibujantes e ilustradores, Disney despegó todo su espíritu creativo en la primera serie de sinfonías tontas en mil novecientos treinta y dos (1932), realizadas en Technicolor y que le valdrían el primero de los veintiséis Óscar que conseguiría durante toda su carrera.
En mil novecientos treinta y cuatro (1934), Mickey ya estaba rodeado de Minnie, de Pluto, Goofy y del irascible y perverso Pato Donald.
Cuando ya se había hecho un nombre en la industria de Hollywood, Walt Disney decidió producir el primer largometraje de dibujos animados de la historia del cine; Blancanieves y los siete enanitos en mil novecientos treinta y siete (1937).
La película fue un éxito, pero dejó endeudado a Disney casi de por vida.
Esta estaba inspirada en el cuento homónimo de Los Hermanos Grimm, la primera de muchas adaptaciones de los cuentos clásicos que fascinaban a Walter.
A Blancanieves le siguió Pinocho, que fue un triunfo de crítica, pero un fracaso comercial. La compañía repuntó gracias al éxito del elefante Dumbo y del entrañable Bambi en un periodo marcado por la segunda guerra mundial.
En esta época Walt Disney anticomunista convencido, grabaría películas propagandísticas procapitalistas.
Colaboraría con el FBI en la detección de prácticas comunistas dentro de Hollywood y comenzaría a participar activamente en la conocida caza de brujas promovida por el senador Joseph McCarthy.
Ya en los años cincuenta y con la ayuda de las inversiones del tejano Howard Hughes, Disney estrenaría algunos de los clásicos más aplaudidos de la historia de la animación; Cenicienta en mil novecientos cincuenta (1950), Alicia en el país de las maravillas en el cincuenta y uno (1951) y Peter Pan en el cincuenta y tres (1953).
El quince de diciembre de mil novecientos sesenta y seis (1966) y tras su deseo de construir Disneyland; un enorme parque de atracciones basado en sus personajes, el Mago de Burbank fallecería por cáncer de pulmón sólo unos meses antes del estreno de El libro de la selva.
Como sus películas, la figura de Walt Disney, está llena de leyendas. Desde su nacimiento hasta su muerte hay un rumor que asegura que Disney nació en España, concretamente en Mojácar y que emigró de niño con su madre soltera a los EE.UU.
Y no podemos olvidarnos de una de las leyendas urbanas más extendidas en el mundo, ¿está realmente Walt Disney congelado? Pues va a ser que no.
Disney murió en el Hospital Saint Joseph de Burbank porque el cáncer de pulmón le provocó una insuficiencia circulatoria y la familia realizó un funeral muy íntimo. De modo que apenas unas pocas personas pudieron ver el cadáver. De ahí la leyenda.
Dos días después del fallecimiento fue incinerado y trasladado al panteón familiar.
Walt Disney fue todo un pionero, sus películas marcaron un antes y un después en la historia del cine. Su legado continúa creciendo y sus más de ochenta largometrajes siguen emocionando a millones de personas alrededor de todo el mundo.
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