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| ¿Qué le pasa a tu cuerpo al entrar en contacto con la luz eléctrica? |
¿Te imaginas el mundo sin electricidad?
No tendríamos luz en casa y tendríamos que utilizar velas.
Bueno; no habría contaminación lumínica y podríamos ver perfectamente las maravillas del universo. Pero no habría refrigerador, minisplit, lavadora y los tan apreciados teléfonos celulares… y nos quedaríamos sin Internet.
Definitivamente; la electricidad es realmente necesaria. Somos totalmente dependientes y nuestra vida dejaría de existir tal y como la conocemos.
Pero hay que tener mucho cuidado cuando hablamos de electricidad y debemos ser cautelosos.
¿Te imaginas qué le pasaría a tu cuerpo al entrar en contacto con los 110 voltios o los 220 voltios del enchufe de casa?
Las consecuencias de un accidente eléctrico pueden ser catastróficas.
Cuando una persona toca un cable de corriente, el cuerpo humano; si no está aislado, se convierte en un conductor debido a los líquidos que contiene.
Existen varios factores que juegan un papel importante a la hora de valorar los efectos de una descarga eléctrica en el cuerpo humano. La cantidad de corriente que pasa por el cuerpo, el camino que sigue la corriente, cuánto tiempo dura el contacto, el voltaje, la presencia de humedad en el ambiente y el estado de salud de la persona afectada.
Dependiendo de esto, el choque eléctrico puede producir diferentes alteraciones funcionales, como fibrilación ventricular o paro cardíaco.
Si desgraciadamente la corriente nos atraviesa el corazón, se produce la llamada fibrilación ventricular, que es una desestabilización del ritmo cardíaco normal.
En este estado; el corazón no bombearía sangre, por lo que podríamos morirnos.
Otra alteración que podría ocurrir es la asfixia y el paro respiratorio que se produciría cuando la corriente circula desde la cabeza a algún miembro, atravesando el centro nervioso respiratorio.
La paralización puede prolongarse después del accidente. La asfixia se presenta cuando la corriente atraviesa el tórax, impide la contracción de los músculos de los pulmones y por tanto la respiración.
La tetanización muscular es real. Con este concepto se expresa a la anulación de la capacidad de accionamiento voluntario de los músculos. Los músculos se agarrotan y nos quedaríamos pegados al punto de contacto sin poder soltarnos.
Las quemaduras también son un riesgo, producidas por la energía liberada al paso de la intensidad (efecto Joule).
Y no pienses que con voltajes pequeños no hay peligro de electrocución, lo importante es la corriente que atraviesa nuestro cuerpo. Si la corriente es elevada, podremos sufrir daños graves, incluso con voltaje pequeño.
El tiempo que dura la descarga es muy importante. Si recibimos una descarga de 100 miliamperios (mA) y nos quedamos pegados al cable, seguiremos recibiendo esa descarga continuamente. En tres segundos habremos recibido lo suficiente como para hacer fibrilar el corazón.
Con voltajes de alta tensión, el riesgo es mucho mayor porque la corriente que proporciona es muy alta y rompe rápidamente la barrera de a piel.
Una vez que la corriente penetra por el interior del cuerpo, se produce una bajada de la resistencia y un aumento rápido de la intensidad con efectos devastadores.
Una persona en ambiente seco y con la piel seca, ofrece una resistencia aproximada de cien mil ohmios (Ω). Una descarga pequeña le produciría un ligero cosquilleo o un calambre soportable. Pero no hay que despistarse, estas condiciones pueden variar de forma drástica con la humedad.
Si estamos mojados o sudados sobre suelo húmedo, la resistencia se reduce bastante, puede bajar hasta los mil ohmios (Ω). La descarga sería lo suficientemente alta como para producir dolor, para la respiratoria, contracciones musculares involuntarias y en casos extremos; la muerte.
La enseñanza es clara, no debemos jugar con la electricidad, nada de hacer el tonto metiendo la lengua en las pilas y si no tenemos más remedio que trabajar con electricidad, debemos hacerlo con todas las precauciones.
Así que ya saben, ojo y cuidado con meter los dedos en el enchufe.
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