El macabro caso de la huérfana Barbora Skrlová

El macabro caso de la huérfana Barbora Skrlová.

Puede que muchos de ustedes conozcan la película de La Huérfana, estrenada en 2009, en la que una pareja adopta a Esther, una niña de ocho años aparentemente angelical, pero que esconde un horrible secreto. 

Tras varias macabras escenas, descubrimos que Esther tiene en realidad 33 años y es una mujer con una extraña enfermedad y muchos trastornos mentales. 

Suena a ciencia ficción, ¿verdad? 

Pues, ¿cómo reaccionarías si les digo que la película está basada en hechos reales? 

La historia de Barbora Skrlová, quizás les parezca muy vieja, algo que sucedió hace mucho, pero no es así. Su horripilante crónica data de 2007. 

Barbora nació en la República Checa e igual que Esther; la protagonista de la película padecía Hipopituitarismo, una extraña enfermedad que afecta a la Hipófisis, la glándula que segrega las hormonas hacia el resto del cuerpo. 

Esta enfermedad rara puede afectar de diferentes maneras, dependiendo de las hormonas perjudicadas, en este caso a Barbora  la hacía parecer una niña. 

No se sabe mucho de su infancia, ni de sus padres, salvo que siempre fue una niña muy problemática hasta el punto de que, en su adolescencia, fue ingresada en un psiquiátrico por sus fuertes actitudes psicópatas. 

A pesar de estas conductas, quienes la conocieron, señalaron que tenía un ingenio prodigioso. 

Barbora se dio cuenta de que podía usar su enfermedad a su favor. 

Decidió que podía hacerse pasar por una niña inocente y así manipular a la gente a su antojo y cometer pequeños crímenes a sabiendas de que al ver que era una niña, las autoridades no iban a perseguirla. 

Desde que salió del hospital psiquiátrico, se le perdió la pista, hasta que encontró una víctima con la que fue demasiado lejos. 

Klara Mauerová también nació en la República Checa y conoció a Barbora cuando estudiaba Pedagogía en la Universidad. 

La falsa infante se le presentó como una niña maltratada, que había escapado de un centro para menores y que no tenía a donde ir. 

Klara habló con ella durante días hasta que decidió adoptarla, sin ningún proceso legal. 

Así que la llevó a su casa en el pueblo de Kuřim, a las afueras de Brno, la segunda ciudad más grande del país. 

Ella se había separado hace poco de su marido y vivía junto a su hermana Katherina, con sus dos hijos de ocho y diez años de edad. 

Klara Mauerová y sus dos hijos.

Las dos hermanas habían sufrido episodios esquizofrénicos con visiones sobre Juana de Arco. 

Ambas pensaron durante mucho tiempo que habían sido seleccionadas para cumplir grandes e importantes misiones en la tierra, lo que quizás facilitó las intenciones de Barbora. 

A pesar de esto, Klara siempre había cuidado binen de sus hijos y se esforzaba por llevar una vida normal, o por lo menos, eso dicen. 

Pero, con la llegada de Skrlová a la casa todo cambió. Ella empezó a sentir celos de los niños y los culpaba de cualquier desastre que ocurría en la casa, que en su mayoría eran provocados por ella. 

La cosa no acabó ahí, la pequeña psicópata incitó a las hermanas para que se unieran a una secta religiosa a la que pertenecía; El Movimiento Grial. 

Esta secta era liderada por un ser conocido como El Doctor, quien se comunicaba con sus fieles por mensajes de texto. 

En este extraño grupo religioso se promovía el canibalismo, la promiscuidad sexual y el incesto. 

A partir de aquí, la historia se vuelve un verdadero infierno para los pequeños hijos de Klara. 

La falsa niña aconsejó encerrarlos en jaulas y las hermanas así lo hicieron. 

Los niños fueron enjaulados completamente desnudos en el sótano de la casa. 

Ambos eran torturados por las tres mujeres las veinticuatro horas del día, vivían sobre sus propios desechos y al borde de la inanición. 

Pero todo esto todavía fue aún peor, Barbora estaba obsesionada con el cuento de Hansel y Gretel, por lo que convenció a las hermanas de engordar a los niños para después quitarles pedazos de carne que serían devorados por ellas mismas y el resto de integrantes de la secta. 

Skrlová estaba obsesionada con tener vigilados a los pobres niños cuando las hermanas no estaban, así que decidió comprar un sistema de vigilancia para bebés y lo montó en el sótano. 

Lo que no pudo predecir es que unos vecinos cercanos, que habían tenido un hijo hacía muy poco, comprarían el mismo aparatito para vigilar a su retoño. 

Al conectarlo, los vecinos no vieron a su hijo en su bonita cuna, sino la horrible imagen del sótano de las hermanas Mauerová. 

Allí estaban, los dos niños encerrados tumbados sobre sus propias heces. Al ver esto llamaron en seguida a la policía, pero cuando acudieron al lugar no sólo encontraron a los dos niños. A los torturados hermanos se les sumaba una tercera niña que lloraba en una esquina rogando por ayuda. 

¿Ya imaginas de quién se trata? 

Esa niña era Barbora Skrlová, pero eso la policía no lo sabía. 

La falsa niña consiguió escapar de las autoridades antes de que sospecharan de ella. Cruzó la frontera, según dicen con ayuda de la secta. 

Arresto de Barbora Skrlová.

Barbora viajó a Noruega, engordó, se cortó el pelo y se hizo pasar por un niño de catorce años; Adam. 

De nuevo encontró una familia que la acogiese. Pero esta vez fue su extraña actitud lo que la delató. 

Adam parecía un niño brillante, aunque se negaba en rotundamente a participar en cualquier deporte en grupo. Además; aseguraba que se había escapado de casa porque no quería ser testigo en un juicio. 

Estas raras circunstancias hicieron dudar a los profesores, quienes empezaron a buscar más información sobre su caso. 

De nuevo Barbora huyó, pero por suerte, la policía Checa ya había emitido una orden de arresto contra ella y su imagen estaba por todos lados, finalmente fue arrestada en el norte de Noruega y repatriada a su país en el que fue juzgada y condenada solamente a cinco años de cárcel, por simplemente ser autora intelectual del crimen. 

En 2011 Barbora Skrlová salió de la cárcel antes de cumplir la totalidad de su pena, debido a su buen comportamiento. 

Actualmente se desconoce el paradero de la mujer.