Jack el destripador (Jack the ripper)
Jack el destripador (Jack the ripper); nombre dado a un asesino en serie sin identificar al que se le atribuyen al menos cinco homicidios en el barrio
Jack el destripador (Jack the ripper). |
Jack el destripador; fue el nombre que se puso a si mismo un asesino en serie que actuó en Londres entre el treinta y uno de agosto y el nueve de noviembre de mil ochocientos ochenta y ocho (1888).
Jack cometía sus asesinatos en Whitechapel, uno de los distritos más pobres del Londres Victoriano. Todas sus víctimas fueron mujeres de clase baja; prostitutas que ejercían en la calle a altas horas de la noche.
Se le reconocen cinco víctimas oficiales, aunque hubo otros seis cadáveres en la misma época que nunca se le pudieron relacionar.
El irónico asesino mandaba cartas a la policía para reírse de que no le conseguirían atrapar nunca.
En la más famosa conocida como desde el infierno incluía medio riñón de una de sus víctimas.
EL autor hasta entonces sin nombre firmo la carta como Jack el destripador.
La primera víctima fue Mary Ann Nichols, encontrada muerta de madrugada por un cochero. Entre otras mutilaciones, la pobre Mary Ann apareció con la garganta cortada dos veces de izquierda a derecha.
Durante la investigación del caso de Nichols, apareció un segundo cuerpo en un callejón. Annie Chapman; también prostituta, fue encontrada muerta a las seis de la madrugada.
La policía comenzó a hablar de un posible asesino en serie debido a la similitud de ambos casos, ya que Annie también tenía la garganta cortada de izquierda a derecha, además de estar destripada.
Un testigo dijo haber visto a la mujer hablando con un hombre horas antes de encontrar el cuerpo. Aunque estaba obscuro, supuso que tendría unos cuarenta años. Tenía rasgos extranjeros y llevaba puestos un sombrero y abrigo negros. La policía dedujo que sería el asesino.
Scotland Yard capturó a varios sospechosos que coincidían con la descripción. Fueron puestos en libertad porque todos tenían coartada. El último de ellos fue un peluquero alemán llamado Charles Ludwing.
Cuando se cometió un doble asesinato dos semanas después de su detención, fue puesto en libertad. El verdadero asesino estaba libre en las calles de Londres.
Las dos víctimas fueron encontradas la misma noche en dos lugares muy próximos de Whitechapel. La primera Elizabeth Stride; apareció en un callejón tirada en un charco de su propia sangre, provocado por un corte en la garganta igual que en los anteriores.
Al no tener más daños, los policías dedujeron que el asesino fue interrumpido en mitad del acto por lo que tuvo que escapar insatisfecho de su obra.
Esto quedó claro cuando se descubrió un segundo cadáver tan sólo cuarenta y cinco minutos después. Catherine Eddowes; fue asesinada de la misma forma que las anteriores. Con el ya famoso corte en la garganta.
Pero en este caso; el asesino mutiló su rostro y su abdomen, poniendo los intestinos sobre los hombros de la víctima, igual que en el caso de Annie.
En este punto; las investigaciones apuntaron que el asesino tenía un conocimiento anatómico elevado, ya que conocía la ubicación concreta de los órganos y sus cortes eran limpios y seguros.
Varios médicos corroboraron esta teoría.
A quinientos metros de donde apareció Catherine, se encontró un trozo ensangrentado de su ropa y escrito con tiza en una puerta la frase; Los judíos son los hombres que no serán culpados de nada.
El quinto y último cuerpo fue uno de los casos más espantosos y depravados de la historia de la criminología.
Jack logró conmocionar a todo Londres con su último acto. De hecho; el hombre que encontró el cadáver, dijo que no era obra humana, sino de un demonio.
La mujer se llamaba Mary Jane Kelly. Era una joven prostituta que dejó el oficio cuando comenzaron los asesinatos.
El último testigo que la vio con vida fue un obrero amigo suyo, quien describiría al acompañante que en ese momento iba del brazo con Mary como un sujeto muy elegantemente vestido, y según sus propias palabras, con pinta de extranjero, tal vez un judío.
Cuando la descubrieron muerta en la cama de su habitación, únicamente llevaba puesto un menguado camisón que dejaba ver el atroz estropicio infringido a su organismo.
Su estómago; lucía abierto en canal y había seccionado su nariz, sus senos y sus orejas. Trozos de muslo y fragmentos de piel de su cara yacían junto a su cuerpo descarnado. Los riñones, el hígado y otros órganos se esparcían en torno al cadáver y encima de la mesilla de noche.
Después de esto no se supo nunca nada más del asesino. Aunque existieron muchas teorías y muchos sospechosos, jamás se dio con él.
En dos mil catorce (2014), gracias a una prueba de DNA (ADN) de las ropas de una de las víctimas, se descubrió que el terror de Whitechapel era un inmigrante polaco llamado Aaron Kosminski. Un joven de veintitrés años que sufría de Esquizofrenia y de alucinaciones auditivas.
Aún así; según algunos expertos científicos, esta prueba no es definitiva, por lo que la identidad del verdadero asesino continúa bajo un interrogante.
Lo que está claro es que Jack el destripador fue uno de los misterios más grandes del mundo de la criminología y una de las personas más obscuras y macabras de la historia de la humanidad.
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