Las brujas de Salem |
Durante mil seiscientos noventa y dos (1692), se inició en la localidad norteamericana de Salem, una pequeña colonia de Massachusetts, un horripilante juicio contra varios de sus vecinos acusados de practicar brujería.
¿Cuál es la verdadera historia de las brujas de Salem?
Todo comenzó en el invierno de ese año, cuando dos niñas de nueve y once años de edad; Betty Parris y Abigail Williams, hija y sobrina de Samuel Parris, el nuevo reverendo del pueblo, cayeron enfermas.
Las pequeñas sufrían terribles convulsiones, espasmos, fiebre alta… incluso a nuestros oídos actuales han llegado historias de que corrían por la casa a cuatro patas y que ladraban como perros furiosos. Nadie sabía lo que les pasaba.
Las primas Parris decían que habían sido embrujadas por mujeres de la localidad, que de noche creaban dobles de sí mismas.
Al poco tiempo, más jóvenes enfermaron, se quejaban de que sentían como mordeduras y picaduras en la piel, se contorsionaban y gritaban incoherencias.
Como nadie conseguía dar explicación a los extraños síntomas, ni tampoco sanarlos, en la época solo quedaba una explicación, tenía que ser cosa del demonio.
En el pueblo tenía que haber brujas escondidas. Encontraron la solución en el libro “Memorable Providences”, del reverendo Cotton Mather, que cuenta un caso de brujería en Boston, de una lavandera irlandesa con los mismos síntomas.
La gente se lo creyó y así se inició una investigación que sumió a Salem en un verdadero clima de locura colectiva.
La primera acusada fue Tituba, la esclava de la casa de la familia Parris, que tenía orígen Indio o quizás era procedente de Barbados.
Tras Tituba aparecieron más gente poseída y nuevas personas acusadas, la paranoia aumentó y hombres y mujeres de los pueblos vecinos fueron acusados de brujería, detenidos y juzgados.
Los pueblerinos se delataban los unos a los otros, culpando a sus madres, esposas e hijas. Cientos de personas fueron denunciadas por ser servidoras del diablo, sin pruebas concretas.
En los tribunales, los propios jueces se dejaron llevar por la histeria de la puritana comunidad de Salem, convirtiendo los rumores en verdades.
A pesar de lo que se cree, las llamadas brujas, no fueron ejecutadas en la hoguera. Según las leyes inglesas que existían en la época, pues en ese entonces todavía no se había declarado la independencia de Estados Unidos, los acusados de brujería eran castigados con la horca.
El exterminio de las brujas se produjo entre junio y septiembre de mil seiscientos noventa y dos (1692). De todos los acusados, veinte de ellos fueron ejecutados y varios fallecieron en prisión. Catorce mujeres, cinco hombres y dos perros fueron encontrados culpables de brujería y ahorcados.
Uno de los hombres, de más de ochenta años, fue condenado a muerte bajo una montaña de piedras pesadas por negarse a declarar.
A los perros se les consideraba que eran agentes de las brujas y que los utilizaban para llevar a cabo sus órdenes diabólicas.
El proceso duró un año más, pero sin ejecuciones y la mayoría de los acusados fueron absueltos.
Años después del juicio, los jurados que dictaron sentencia se justificarían achacando su actuación al miedo y la paranoia del pueblo.
Algunos investigadores creen que lo que le sucedía a los habitantes de Salem fue consecuencia del ergotismo, una enfermedad causada por el cornezuelo del centeno, un hongo alucinógeno y relacionado históricamente con brujería y toda clase de misterios y leyendas.
Los juicios de las brujas de Salem se hicieron más famosos gracias al escritor Arthur Miller y su obra de teatro “El Crisol (The Crucible)”, conocida también como “Las brujas de Salem”, estrenada en mil novecientos cincuenta y dos (1952) como una metáfora de la “caza de brujas” del Comité de Actividades Antiamericanas o House Committe on Un-American Activities (HCUA), que se dedicaba a realizar acusaciones infundadas, denuncias, interrogatorios, procesos irregulares y listas negras contra personas sospechosas de ser Comunistas.
Los sectores que se opusieron a los métodos irregulares, denunciaron los procesos del Senador McCarthy, que basaba sus procesos de Comunistas infiltrados en Estados Unidos en la sospecha continua, igual que en los juicios de Salem.
La historia de las brujas de Salem ha sido utilizada por gran cantidad de libros, canciones, series y películas. Una de las adaptaciones más recientes, es la realizada por la serie American Horror Story: Coven, que dedicó su tercera temporada a contar la historia del aquelarre de las brujas de Salem en su lucha por la supervivencia en el mundo actual.
Los juicios de Salem, son una oscura etapa de la historia, una muestra de lo que puede hacer la histeria colectiva basada en rumores. Una vergonzosa masacre que deberíamos evitar en la actualidad, pues no hay nada más peligroso que la confusión unida a la ignorancia.
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