Primera regla del noble |
En ese momento, Mikhail sintió mis ojos sobre él y se volvió hacia mí. Su mirada seguía siendo la misma arrogante y segura de sí misma, solo que ahora también vi en ella chispas de una alegría juvenil, que no noté al principio.
-¿Rojo o negro? preguntó y sonrió.
-¿En términos de?
-Bueno, ¿miraste debajo de la falda de Sophia cuando nos regañó? ¿Sus bragas son rojas o negras?
-Pensé que era negro.
“Yo también.” Sacó los pedazos de algodón de su nariz y los puso en su mano. - Felicidades por tu victoria, Sokolov. Luchas genial.
Mi fama me adelantó mucho, ¡tenía mi propia flota espacial y las mejores mujeres! Alguien me consideró un héroe, alguien un asesino, alguien un traidor, e incluso mi padre me abandonó.
Pero; solo hay una verdad: fui sentenciado a muerte...
Pero no me convenía, así que elegí una nueva vida en un mundo nuevo. Sí, ahora tengo que morderme la garganta de nuevo y demostrar mi derecho a estar en lo más alto, pero; ¿cuándo me detuvo eso?
¡El destino me dio otra oportunidad y la voy a aprovechar!
Mi nombre es Sylvian Crassus y esta es mi historia...
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