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| Explorador de almas de los dioses oscuros |
“Valientes guerreros, me alegro de verlos”, dijo la mujer con la voz de un gerente invisible. – Mi nombre es Hermana Mayor Aterna, soy personalmente responsable de todo lo que sucede en el templo de los seis dioses. Si tienes algún problema, pregunta o duda, siempre puedes contactarme.
“Queremos irnos a casa”, dijo uno de mis vecinos de repente. Nos trajeron aquí en contra de nuestra voluntad. Esto es una violación de la ley. ¡Exijo que me devuelvan!
"Ninguno de ustedes regresará", el rostro de la hermana mayor permaneció tranquilo y su voz benévola. - A cada uno de ustedes se les hizo una pregunta, cada uno de ustedes respondió afirmativamente. Has elegido tu propio camino y debes seguirlo con honor.
- ¡Era un sueño normal, tonterías! No tienes derecho a cambiar mi vida solo porque...
“Las puertas del templo están abiertas, guerrero. Puedes irte.
- ¿Dónde? ¡¿Dónde ir?!
“No me importa el destino de los apóstatas. Déjanos.
- Tú…
La luz del sol se desvaneció por un momento, la piel sintió una ráfaga de viento helado y el corazón se detuvo y perdió un latido. Me estremecí por el horror irracional que abrumó mi alma, pero en un segundo todo terminó: el sol se asomó por detrás de las nubes que se aproximaban, el viento amainó y la ansiedad repentina se calmó.
Solo ha cambiado una cosa: el número de personas reunidas en la plaza ha disminuido en uno.
"Los dioses necesitan guerreros, no apóstatas", expresó la hermana Aterna una verdad completamente banal. “Si alguien más quiere irse, le aconsejo que lo haga ahora mismo…
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