La leyenda de Las Tres Pascualas

La leyenda de Las Tres Pascualas; se trata de las hermanas que se enamoraron del mismo hombre y al no poderse casar con él, del alguna forma murier...

La leyenda de Las Tres Pascualas
La leyenda de Las Tres Pascualas.

Bienvenidos a un artículo de terror halloweeniano amigos. 

Este artículo se tratará de Las Tres Pascualas, una leyenda clásica de la mitología chilena. 

Cuenta la historia trágica de tres hermanas que se enamoraron del mismo hombre y el fatal desenlace que eso provocó. 

Es una de las leyendas más populares del país y se suele rememorar a menudo, sobretodo porque da nombre a la laguna donde sucedieron los hechos; La laguna de Las Tres Pascualas

La historia se sitúa en la ciudad de Concepción, en el centro del país, a finales del siglo XVIII. 

Allí vivía la familia Pascual, formada por un padre y sus tres hijas, las tres de gran belleza y que siempre estaban muy unidas. 

Trabajaban como lavanderas, por lo que todos los días acudían juntas a lavar ropa en esta laguna, cerca de donde vivían. 

Allí, entre lavado y lavado cantaban canciones de amor. 

Por la tarde ponían la ropa a secar colgada de las ramas de los árboles y le pedían a la laguna que por favor les trajera el verdadero amor de sus vidas. 

Después emprendían el camino de vuelta a su casa, con grandes montones de ropa atada que cargaban sobre la cabeza. 

Hay distintas versiones de la leyenda que explican cómo las Pascualas llegaron a conocer al hombre que supuso su perdición. 

La más popular cuenta que llegó un día caminando por la orilla del lago y al ver lo hermosas que eran, se acercó y entabló conversación con ellas. 

Compartieron la comida y estuvieron charlando hasta el anochecer. 

Como él era joven y guapo, las tres hermanas se fijaron en él. 

Por primera vez regresaron a casa en silencio con sus pensamientos. Cada una convencida de que el apuesto hombre sólo tenía ojos para ella. 

Pero él tenía otros planes más maliciosos, y se propuso conquistar a las tres hermanas a la vez. 

Para ello regresó a la laguna día tras día, dispuesto a pasar el tiempo con ellas y rendirlas a una por una. 
 
Llegaba por la mañana para ayudar a la menor a llevar la ropa a su cabaña y por el camino le confesaba su amor. 

Cuando la mayor marchaba a comprar las provisiones, él se quedaba cortejando a la del medio. Y mientras la menor preparaba la comida, él regalaba su cariño a la mayor. 

Inevitablemente, las tres hermanas se enamoraron. Como cada una pensaba que era la elegida, no lo hablaba con las demás, por no despertar sus celos. 

Cuando lavaban la ropa en el algo, ya no cantaban, ni siquiera se miraban de frente. 

Cuentan que la laguna ya no era verde y clara, sino que se volvió turbia y revuelta. 

Por su parte el apuesto hombre, al conseguir su propósito, perdió el interés y dejó de visitarlas. 

Las Tres Pascualas esperaron día tras día en vano, hasta que por fin se miraron a la cara y se dieron cuenta del engaño del que habían sido víctimas. 

Muertas de pena, decidieron introducirse poco a poco en la laguna, buscando su final. En ese momento, las aguas comenzaron a agitarse formando un remolino y un temblor sacudió el fondo. 

Las aguas se desbordaron y cuando volvieron a su cauce la laguna había cambiado de forma a una luna en cuarto menguante. 

Desde entonces los lugareños cuentan que de cuando en cuando los espíritus de Las Tres Pascualas se aparecen en la laguna, en busca de hombres a los que engatusar para llevarlos hasta el agua y ahogarlos, consumando así su venganza por lo que les pasó. 

Otra de las versiones de la leyenda explica que el apuesto hombre era un forastero que llegó a casa de la familia Pascual pidiendo hospedaje y estos le acogieron. 

Cuando volvía por las tardes se quedaba mirando a las Pascualas, que cantaban con sus trenzas rubias al aire y el atado de ropa sobre la cabeza y se enamoró perdidamente de ellas. 
 
Cada una de las muchachas, en secreto, correspondió su amor y no sabiendo a cuál de ellas elegir coo esposa, citó a las tres en la orilla de la laguna la noche de San Juan. 

A las doce de la noche, el forastero llegó remando en un bote y al ver el reflejo de una de ellas en el agua, desesperado comenzó a llamarla a gritos. 

¡Pascuala! ¡Pascuala!… 

Al oír su nombre cada una de las tres hermanas sintió que les llamaba su amado y se adentraron en las traicioneras aguas, pero acabaron en la profundidad; ahogadas. 

Desde entonces, se cuenta que cada noche de san Juan a las doce aparece un bote sobre las aguas, desde el cual se escucha la voz angustiada del joven llamando a las hermanas. 

La historia de Las Tres Pascualas es una de las leyendas pasionales más trágicas, que nos recuerda hasta qué punto se puede ser víctima del deseo y el amor. 
 
 

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