Di no al bullying. |
Hoy vamos a tocar un tema muy serio que tristemente, forma parte activa del mundo en el que vivimos. Aunque es un tema del que se habla continuamente, todavía representa un problema social grave.
En mi colegio había un matón, Marcos. A Marcos le gustaba ser el centro de atención. Su idea del respeto era el miedo y acoso a otros niños. Le gustaba que le temieran.
A veces incluso le robaba el almuerzo a los otros niños, les empujaba o les golpeaba sin ningún motivo. A esto se le llama hacer bullying.
Pero Marcos no era el único acosador de la escuela, también estaba… bueno, la llamaremos Lorena.
Lorena era popular y su forma de acosar al resto era distinta, el daño que ella hacía era más emocional que físico, pero daño al fin y al cabo: ponía motes o sobrenombres a otras niñas, se burlaba de otras personas, a veces hacía sentir a alguien que era su amiga y luego la excluía de su grupo. Todo esto es hacer bullying, y está mal.
Hacer daño físico o emocional a las personas está mal. Y el respeto por miedo no es respeto, es miedo.
Hay muchas formas de hacer bullying, desde empujones, tropiezos, burlas, exclusiones e insultos hasta el cyber-bullying, es decir; el bullying a través de Internet, difundiendo rumores o haciendo amenazas.
Curiosamente, lo que los acosadores tienen en común, además de dejar que la sensación de poder les domine, es la cobardía de que, habitualmente, suelen acosar a personas más pequeñas, menos populares o menos fuertes físicamente que ellos.
Pero, ¿sabes por qué debemos parar el bullying?
Porque es un problema serio para todos, tanto acosadores como acosados.
Los acosados tienen más probabilidades de sentirse mal consigo mismos y desarrollar una baja autoestima y sentirse deprimidos, pueden temer o perder interés en ir a la escuela y a veces incluso toman medidas extremas que pueden llevar a resultados trágicos. También pueden volverse violentos o hacerse daño a sí mismos.
Por otra parte, los acosadores como Marcos tienen más probabilidades de abandonar los estudios, violar la ley y convertirse en adultos con problemas de drogas y alcohol.
Y es que; lejos de ser esto un juego de niños, los acosadores también son víctimas. Estas personas a menudo vienen de hogares desestructurados con problemas, donde los padres se pelean a menudo y donde no han aprendido a pensar sobre los sentimientos de otras personas.
Estos niños también necesitan ayuda y pueden beneficiarse especialmente de consejería por el psicólogo de la escuela, que puede ayudarles a entenderse mejor a sí mismos e interactuar con los demás de maneras más positivas. El asesoramiento familiar también es especialmente útil para estos niños.
Pero, ¿qué pueden hacer los niños que son acosados?
3 cosas: Hablar con el acosador, si es seguro.
Puedes preguntarle: “¿por qué haces eso?” o decir con calma y seguridad, mirándole a los ojos: “No me das miedo”.
La segunda cosa es ignorar al acosador e irte de ahí. No corras, para no darle el refuerzo positivo de la sensación de poder y temor que hablábamos antes, pero ignóralo y vete.
Y la tercera cosa es hablar con un adulto de confianza al que le puedas contar cada incidente que ocurra.
Si a ti no te acosan pero ves que acosan a alguien, tú también puedes ayudar a evitar que otros niños sean acosados e intimidados. Si eres un niño, no te dejes convertir en parte del problema.
Cuando ves que acosan a alguien puedes decir “Déjalo ya, eso no es gracioso”. Si esto es demasiado difícil o aterrador, cuéntaselo a un adulto de tu confianza. Lo importante es actuar.
Y por último, si alguien te envía un correo, Whatsapp o cualquier cosa sobre otra persona, no lo reenvíes, no ayudes a difundirlo.
Esperamos que te sirvan estos consejos para ayudar a los que lo necesitan y para los que ven día a día como sus amigos o familiares lo sufren:
¡Di NO al bullying!
Bibliografía
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