El origen de Laughing Jack
El origen de Laughing Jack; se cree que es un personaje creado por Steve Aikins en el 2011, como una especie extraterrestre enaviado a la tierra pa...
El origen de Laughing Jack. |
Hoy es martes 13 de terror y sabemos que muchos de ustedes estaban esperando esta macabra historia del origen de Laughing Jack.
Así que; tal como se los hemos prometido aquí está.
Este artículo es especialmente oscuro, así que; si son sensibles, les recomendamos que no sigan viendo.
Era nochebuena, víspera de Navidad y corría el año 1800.
A las afueras de la nevada ciudad de Londres, Inglaterra, vivía Isaac Lee Grossman, un niño de siete años, que pasaba la noche solo en su polvoriento desván.
Esa noche mágica, Isaac pidió a las estrellas poder tener un amigo con el que jugar y por suerte, su deseo fue cumplido.
Cuando se despertó, encontró a los pies de su cama una extraña caja de madera hecha a mano y pintada con colores hermosos y estampados de payasos felices.
Tenía una etiqueta que ponía “Para Isaac” y un texto grabado “Laughing Jack in a box”.
Nunca había recibido un regalo y se emocionó.
Agarró impaciente la manivela metálica de la caja y la hizo girar, entonces sonó la canción “Pop Goes The Weasel”.
La caja se abrió y salió humo de colores y confeti disparado.
Había algo más…
Era un payaso esbelto y multicolor. Tenía el pelo de un color rojo brillante, una gran nariz de arcoíris y en los hombros plumas despeinadas color cían (azul claro o celeste) sobre blanco.
Sus brazos eran largos y le colgaban casi llegando hasta el suelo.
Isaac: –¿Quien eres?–
Laughing Jack: –Mi nombre es Laughing Jack, soy tu nuevo amigo para toda la vida. Soy mágico, nunca me canso de jugar y me adapto a tu personalidad. En otras palabras; lo que te gusta a ti, me gusta a mi.–
Isaac estaba encantado, se pasaba los días jugando con Jack y escuchando sus historias.
Un día cálido de primavera, Isaac salió al jardín a jugar un rato a los piratas con Jack.
Cuando vio al gato de los vecinos saltar la valla, le pidió a Jack que lo capturara.
El payaso alargó los brazos y atrapó al felino desprevenido.
Este intentó zafarse y Jack apretó más fuerte para contenerlo, hasta que el gato se quedó sin aire.
Isaac empezó a reírse a carcajadas sin poder evitarlo.
Su madre apareció en ese momento. Casi se desmaya al verlo y le pidió explicaciones.
Intentó contarle que había sido su amigo Jack, pero no le creyó y preocupada, decidió enviarle a un internado.
Isaac no podía llevar consigo la caja de Jack, entonces; se despidió de su amigo y no le quedó otro remedio que regresar a su caja.
Pasó el tiempo y Laughing Jack permanecía encerrado. Cada día esperaba a su amigo especial, pero este nunca llegaba.
Con los años, los colores brillantes del payaso comenzaron a desvanecerse hasta quedar en un negro y blanco vacío.
Cuando Isaac cumplió los veinte años, sus padres fallecieron y heredó su vieja casa.
Un día Jack escuchó como alguien subía las escaleras. Era Isaac. Parecía diferente, tenía una mirada sombría y extraña.
Una vez en la habitación ignoró por completo la caja de Jack. El payaso se sintió decepcionado.
Esa misma noche, Isaac invitó a un amigo a su casa.
Todo iba perfectamente hasta que empezaron una pelea. Isaac enfadado, le pegó un puñetazo con tanta fuerza que su amigo se golpeó la cabeza con la estantería y se desplomó en el suelo dejando un charco de sangre.
Jack contemplaba la escena desde su pequeña prisión.
–¡Que juego tan maravillosamente fascinante!–
Pensó el payaso y no pudo evitar comenzar a reírse a carcajadas.
La mirada de Isaac tenía un brillo de locura.
Con su caja de herramientas, se dispuso a deshacerse del cadáver.
Primero utilizó un cuchillo curvo y peló el cuerpo.
Después; en un cubo de basura metálico vertió productos químicos para deshacer la carne.
Sacó los huesos y los colocó en la mesa.
Laughing Jack observó con atención como su viejo amigo elaboraba un grotesco sillón humano.
Forró con la piel el asiento y encima colocó el cráneo.
Isaac se quedó satisfecho con su obra, pero todavía tenía sed de sangre.
En las semanas siguientes, perfeccionó su taller de los horrores con una cama de tortura y nuevas herramientas.
Se talló una máscara de madera siniestra y aterradora, semejante a las del carnaval veneciano y fue en busca de nuevas presas.
Laughing Jack vio como la personalidad de Isaac se volvía cada vez más oscura y sádica. Torturando y asesinando cruelmente a sus invitados mientras ellos suplicaban piedad.
Una fría noche de diciembre, los clavos oxidados de una de las estanterías del desván cedieron y se desplomaron varias cosas, entre ellas la caja de Jack.
Isaac decidió subir a investigar y se encontró con la caja sorpresa de su infancia.
Sostuvo el objeto entre sus manos y comenzó a girar la manivela. Sonó la canción “Pop Goes The Weasel” e Isaac cantó el verso final.
La caja se abrió pero no pasó nada, estaba vacía. La tiró al suelo y se dio la vuelta.
Justo entonces oyó una voz ronca escalofriante.
–Isaac–
Laughing Jack estaba completamente descolorido, su pelo negro enmarañado le caía sobre los hombros.
Tenía los dientes afilados en forma de sonrisa demencial y su ropa había perdido el color.
–¡Que bueno ser finalmente libre! ¿Me extrañaste? Ahora por fin podré jugar con mi mejor amigo.–
Isaac estaba paralizado de miedo. Los largos brazos de Jack agarraron sus piernas y lo desplazaron a la cama de tortura.
El payaso tomó un cuchillo con sus dedos afilados y cortó la lengua de Isaac.
Todo se llenó de sangre.
Isaac se retorcía de dolor y cerró los ojos.
Jack agarró unos clavos y despegó los párpados para clavarlos en la ceja y en la mejilla y mantener bien despierto a su amigo.
Después le hizo un corte en la barriga por el que pudo sacar los intestinos para hacer un precioso lazo que colocó en su cabeza.
Isaac estaba cada vez más cansado.
Antes de que perdiera el conocimiento, vio como por la boca del payaso salieron infinidad de cucarachas que inundaron su cuerpo.
Las podía sentir en su interior devorando su carne.
–Ha sido un placer Isaac, pero; ahora tengo que ir a jugar con otros niños solitarios del mundo.–
Laughing Jack se despidió de su amigo con estas palabras y arrancó su corazón, que aún seguía latiendo.
OMG! Esta historia me encanto
ResponderBorrarGracias :shy:
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