¿Qué son los Kappa? |
Los Kappa, demonios japoneses del agua.
Como saben amigos, nos encanta el terror. Pero si es japonés, todavía más.
Akio miraba a su abuelo como si estuviera intentando descifrar un acertijo. No entendía por qué siempre tenía la mirada tan fría y se mostraba tan asustado.
Desde que sus padres lo dejaron a su cargo, la vida del pequeño no era la misma. Apenas podía dar dos pasos sin que el abuelo se pusiera a gritar.
Estaba constantemente preocupado por si le ocurría cualquier cosa y él era solo un niño, quería jugar.
La primera cosa que su abuelo le dijo al cruzar la puerta de casa fue:
Nunca pisarás el río. Él no se lo podía creer, ni siquiera lo había saludado. Tenía 7 años y apenas se habían visto dos veces y lo único que se le ocurría decir es que no podría ir al río.
Pues lo haré igual, pensó. Pero según fueron pasando los días, el pequeño descubrió que había algo más. Su abuelo estaba tan triste que sus ojos apenas reflejaban algo de vida. Así que, un día, aburrido y con ganas de saber la verdad, le preguntó directamente.
¿Cuál es el motivo de tu tristeza?
Pero el abuelo no iba a hablar tan rápido. Tuvo que pasar un par de meses siguiendo sus órdenes sin protestar y ganándose su confianza.
Y sin más; una noche mientras cenaban empezó a relatar una terrible historia. Había tenido dos hijos, uno de ellos el padre de Akio. El otro había fallecido.
Al pequeño le habían contado que se había caído por un barranco y nunca había hecho más preguntas. Pero la verdad era mucho más desgarradora.
Al abuelo le encantaba pescar, así que una tarde agarró de la mano a su hijo mayor y se fueron juntos al río. Allí pasaron una agradable tarde, hasta que todo se complicó.
Cuando ya estaban recogiendo sus cosas, el señor vio cómo su hijo estaba totalmente paralizado, con los pies metidos en el agua y mirando hacia una extraña figura que se escondía detrás de unos arbustos.
Se acercó para ver de qué se trataba y cuando consiguió adivinarlo, ya era tarde. Una criatura del tamaño de un niño pero con cuerpo de rana estaba sumergiendo a su hijo. Sabía que era un kappa, así que rápidamente hizo una reverencia.
Le habían enseñado que esa era la manera de ahuyentarlos, pero era tarde. El niño había muerto ahogado.
Akio escuchaba la historia muy sorprendido. Pero todavía había más. Cuando su abuelo llegó a casa aquel terrible día y contó lo sucedido, su abuela se volvió loca y nunca recuperó la cordura. Apenas un par de años después, también murió.
Hoy queremos hablarles de una criatura del folclore tradicional japonés, los Kappa (河童).
Dependiendo de las regiones, puede conocerse por otros nombres como Kawappa, Gawappa, Kōgo, Mizushi... y amigos, es un Yokai, de los que ya hemos hablado.
Este es un demonio que vive en el agua, concretamente en los ríos y estanques japoneses. Tienen forma humana y en algunas ilustraciones pueden parecer monos. En otras ocasiones aparecen con o sin caparazón de tortuga, pero la mayoría tiene apariencia de reptil.
Lo más característico de su aspecto es que en el cráneo tienen un recipiente con agua. Supuestamente esta es su fuente de vida. Si se seca, el Kappa morirá a no ser que se meta en el agua. Precisamente una forma de matarlos es hacer una reverencia.
Ellos, que conservan los modales japoneses, la devolverán, por tanto ese cuenco se vaciará. Si un humano les ayuda a llenarlo de nuevo, estarán eternamente agradecidos.
Pero que no los engañen amigos. A los Kappa les gustan dos cosas por encima de todas, comer niños y pepinos. Y esto no es una broma.
En la mayoría de relatos estos demonios son los responsables del ahogamiento de niños. Supuestamente se alimentan del Shirikodama (尻子玉), una especie de bola que se encuentra en el intestino. Y no sólo es algo físico, ese elemento parece que representa lo esencial, el alma de la persona.
Para protegerse, las familias japonesas lanzaban pepinos a los lagos. Pensaban que así sus niños estarían a salvo. Incluso existe una variedad de sushi que se llama Kappa Maki, hecha con pepino.
Según la tradición también se les puede ahuyentar con fuego.
Según algunas fuentes el origen de estos demonios tiene que ver con una antigua tradición japonesa de abandonar a los bebés que nacían muertos en pequeñas embarcaciones en el curso del río.
En la actualidad parece que su leyenda se ha dulcificado y el miedo es menor. A lo largo de la historia incluso se construyeron algunos templos en su honor cuando ayudaban a algún poblado.
Pero el mito todavía se recuerda cerca de muchos ríos, donde se pueden leer señales de advertencia.
Ya saben amigos, el miedo es libre.
¿Y ustedes se bañarían tranquilos en un lago japonés?
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