Facebook vs VK

Facebook vs VK.

Manuel tenía 12 años y una vez más le tocaba pasar solo aquella noche en la que los demás niños salían a divertirse. 

Porque además de no tener amigos, sus padres tampoco estaban mucho en casa debido a sus absorbentes trabajos. 

Pero no importaba, porque él ya se había acostumbrado a cocinar, limpiar y valerse por si mismo desde hacía mucho tiempo. 

Desde su habitación observaba a los niños corretear por el barrio, disfrazados de brujas, vampiros y toda clase de criaturas. 

Veía sus caras de felicidad y no pudo evitar una punzada de dolor. 

Él no tenía compañeros, nadie con quien hablar, ni a quien confiarle sus cosas. 

–Ojalá tuviese un amigo, sería feliz–, pensó para si. 

El estridente timbre de la puerta lo sacó de sus pensamientos. 

Se sobresaltó al pensar que no podía tratarse de sus padres, tenían llave. 

Después dedujo que se trataría de algún grupo de niños que venía a por caramelos. 

Pero Manuel no tenía ningún dulce que ofrecerles y tampoco le apetecía bajar. 

Pero el timbre volvió a sonar una y otra vez y la paciencia de Manuel se esfumó. 

Mientras bajaba las escaleras empezó a sonar una famosa canción infantil. 

La reconoció, era “Pop goes the weasel”. 

A medida que se acercaba a la puerta de entrada, la música subía de volumen más y más, hasta que pareció darle vueltas sin para en la cabeza. 

Pero consiguió mantener la compostura para abrir la puerta de un golpe. 

La música se detuvo de repente y el ambiente se tornó extrañamente frío. 

Frente a él se topó una figura alta y oscura, parada en el jardín. 

Vestía un traje a rayas blancas y negras, con plumas sobre los hombros y una extraña y picuda nariz. Parecía una especie de siniestro payaso. 

–¿Truco o trato?– 

Su voz sonó tan perturbadora que Manuel se quedó inmóvil. 

La misteriosa silueta extendió los brazos, como si pidiese dulces. Eran grotescamente largos y acabados en afiladas uñas, no parecían humanos. 

Quien quiera que se escondiese tras aquel disfraz, sin duda se merecía un premio. 

–Lo siento, no tengo caramelos– respondió Manuel. 

 

Teléfono móvil

La figura se fue acercando lentamente. 

–Pareces un poco sólo. Tranquilo, no te asustes. Mi nombre es Facebook, ¿quieres ser mi amigo?– 

Una terrorífica sonrisa adornó su cara. Un frío sudor corrió por la espalda de Manuel, como una señal de alerta. 

Dio la vuelta con brusquedad y entró en casa. 

Retrocedió sin apartar la vista de la entrada, pero una fría mano sobre su hombro lo sobre saltó. 

Se giró con los ojos a punto de salírsele de las órbitas y vio a una joven alta y esbelta, vestida exactamente igual que la criatura del jardín, la misma e intimidante nariz picuda y afiladas uñas y dientes. Parecían hermanos. 

No le dio tiempo a pensar. Ella lo agarró por la espalda y lo aprisionó entre sus fuertes garras.

De pronto, la puerta cedió y el siniestro payaso Facebook entró en la casa. 

–Cuanto tiempo... VK– Soltó a Manuel y lo empujó contra la pared con una fuerza sobrenatural. Se golpeó la cabeza con violencia y todo le empezó a dar vueltas. 

– Mira quien está aquí, el payaso facebook, se ve que en todo este tiempo, no has conseguido hacer ni un solo amigo.– Dijo ella en tono burlón. 

–Lo mismo podría decir de ti– Su sonrisa desapareció. Cambió su postura, encorvándose ligeramente y extendiendo sus largos brazos, en posición amenazadora. 

El payaso facebook abrió su boca y miles de repugnantes cucarachas salieron disparadas hacia el rostro de VK. Los insectos comenzaron a devorarla, dejando un rastro de sangre negra y espesa por todo su cuerpo. 

 

www.vk.com

Facebook se echó a reír, momento que VK aprovechó para reponerse y abalanzarse sobre facebook y perforar parte de su clavícula con su afilada nariz. 

La sangre brotó en un denso chorro, salpicando todas las paredes. 

Mareado por el putrefacto olor de la sangre, Manuel utilizó todas sus fuerzas para arrastrarse por el suelo, ahora que las dos criaturas se habían olvidado de él. 

Fuera lo que fueran, su vida corría peligro y debía luchar por sobrevivir. 

Facebook se recuperó del golpe y contraatacó. La inmovilizó sentándose sobre ella y con una de sus manos arañó su rostro hasta prácticamente desfigurarlo. 

–¡Nunca, debiste renegar de nuestro creador, maldita desagradecida!–  Le gritó y acercándose a su cara susurró; –Ahora recibirás tu castigo– VK trató de zafarse del ataque, pero fue incapaz. 

Facebook juntó sus dos puños y los dejó caer con fuerza sobre su rostro, quebrando parte de su cráneo. Su cuerpo se convulsionó durante unos segundos, para después quedarse inmóvil. 

El monstruo sonrió triunfante. 

Manuel fue testigo de la masacre, escondido en las escaleras que subían al piso de arriba. 

Sin embargo, cualquier esperanza de salvarse se esfumó en cuanto Facebook se dio la vuelta. 

Lo había visto, era imposible escapar. 

Sus ojos brillaban con malicia cuando le escuchó preguntar: 

–¿Truco o trato?– 

Facebook

Manuel se despertó gritando, empapado en sudor y con un fuerte dolor de cabeza. 

Estaba completamente desorientado, así que miró el reloj de su mesita. Marcaba las 7 de la tarde del día 31 de octubre. Seguía siendo Halloween. 

Probablemente, se había acostado al llegar de clase y se había quedado dormido. 

Suspiró, aliviado de que todo fuera un sueño. 

Se levantó, se calzó y se dirigió a la planta baja. Sus padres aún no habían llegado. 

Era pronto para cenar, así que se tiró en el sofá a ver la tele un rato. 

Aún no se había desperezado del todo cuando le sobresaltó el timbre. 

Un escalofrío le recorrió el cuerpo de arriba a abajo aún con las imágenes de su pesadilla muy nítidas. 

Se levantó del sofá y se acercó muy lentamente a la puerta. Pero esta vez decidió echar un vistazo por la mirilla. 

La levantó, acercó el ojo y vio como a los pies de la escalera una alta y delgada figura lo esperaba con los brazos extendidos.