¿Qué pasaría si la luna desapareciera?
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¿Qué pasaría si la luna desapareciera? Seguramente no lo haz notado, pero la luna se está alejando de nosotros. Nuestro satélite esta 18 veces más lejos que cuando se formó hace 4.500 millones de años.
¿Alguna vez te haz preguntado que pasaría si la luna desapareciera repentinamente? ¿Cómo se vería afectada la vida en la Tierra?
El efecto más inmediato del que nos daríamos cuenta es que las noches sería totalmente obscuras, desaparecerían las fases lunares y todas las noches serían luna nueva, o sea; sin luna.
Esto en realidad sería el sueño de todo astrónomo, ya que podríamos disfrutar de una perfecta panorámica de las maravillas del cosmos.
Otro de los efectos que apreciaríamos a corto plazo sería la desaparición de las mareas debidas a la gravedad de la luna.
Nuestro planeta tiene un 70% de su superficie cubierta de agua en forma de mares y océanos.
La luna ejerce una fuerza de atracción gravitatoria sobre ella (la tierra), deformándola y produciendo oscilaciones cíclicas, ligadas a la rotación de la tierra con una frecuencia aproximada de mediodía.
Sin la presencia de la luna seguiría produciéndose mareas, pero mucho más débiles, sería como un oleaje suave.
El agua oceánica tendería a redistribuirse, dirigiéndose a los polos y eso aumentaría el nivel del mar en las costas, se producirían grandes sequías y glaciaciones.
Con el derretimiento de los polos, las islas y ciudades de costa quedarían sumergidas.
Además; si la luna desapareciese, la tierra perdería la estabilidad.
Nuestro planeta funciona como una peonza, el movimiento de la luna alrededor de la tierra está sincronizado, es decir; tarda el mismo tiempo en rotar alrededor de sí misma que en girar alrededor de la tierra.
Este movimiento estabiliza el eje de rotación de la misma, manteniendo su inclinación media de unos 23 grados, que nos permite que tengamos estaciones, mareas y una climatología estable.
Sin la luna, nuestra inclinación oscilaría continuamente entre los 0 y los 90 grados.
Se podrían producir veranos con temperaturas que superarían los 100 grados e inviernos con temperaturas por debajo de los -80 grados.
En el caso más extremo, el eje de rotación terrestre podría incluso alinearse con el sol, lo que haría que zonas del planeta estuvieran bajo una permanente insolación y otras en permanente obscuridad.
Además; las gigantescas diferencias térmicas producirían vientos extremos con velocidades de más de 300 kilómetros por hora.
Los drásticos cambios climáticos perjudicarían gravemente a la vida en la tierra. Además; con la desaparición de la luz solar reflejada por la luna se alterarían los ritmos biológicos de muchos animales y vegetales.
Muchas especies deberían adaptarse de forma súbita a la obscuridad total de las noches sin luna.
La desaparición de las mareas lunares afectaría sobre todo a las especies marinas adaptadas a los flujos y corrientes.
Los ritmos vitales de todas las especies animales y vegetales se verían afectados, las migraciones, la época del celo, la hibernación, se producirían extinciones masivas.
Y en el caso más extremo de que el eje de rotación terrestre acabase hacia el sol, la vida en la tierra sería casi imposible en cualquiera de los dos hemisferios y sólo sería quizá viable en el ecuador.
Y no podemos olvidarnos de todo el romanticismo y misterio asociado a la luna, que ha inspirado miles de canciones, poemas, cuadros…
La desaparición de la luna es preocupante, pero podemos estar tranquilos; esto no va a pasar de un día para otro.
Pero el cambio climático es real… debemos actuar ya.