¿Tendremos una vacuna para el COVID-19? |
Hola mis estimados lectores del blog.
Antes de nada, esperamos que se encuentren bien en la situación que nos está tocando vivir.
En un nuevo artículo les hablaremos de lo que es el Coronavirus, pero seguro que nunca imaginamos como cambiaría nuestras vidas.
En casi todos los países tenemos varias obligaciones o recomendaciones. Entre ellas el uso de mascarillas, el distanciamiento social, lavar las manos frecuentemente con jabón, el uso de geles hidroalcohólicos o la ventilación en lugares cerrados.
Vemos como nuestra vida social se ve reducida o casi anulada y las reuniones con amigos y familiares se limitan a videollamadas.
Por eso la pregunta que más nos repetimos es:
¿Hasta cuándo durará esta situación?
Todavía nadie puede dar respuesta, ni incluso los mayores expertos del mundo.
Todo el planeta está realizando un gran esfuerzo para desarrollar vacunas que protejan frente al COVID-19.
Pero, ¿sabes lo qué es una vacuna?
Es una preparación que sirve para generar inmunidad en el organismo frente a una enfermedad, estimulando la producción de anticuerpos.
Éstos actúan protegiendo nuestro cuerpo contra futuras infecciones, ya que nuestro sistema inmune podrá reconocer ese agente infeccioso y lo destruirá.
El método habitual para administrarlas es la inyección, aunque algunas también pueden ser administradas a través de un vaporizador nasal u oral.
Para que se apruebe una vacuna se debe realizar varias pruebas que aseguren su eficacia y seguridad.
Éstas pruebas se dividen en cuatro fases y todas se deben completar correctamente.
Sin embargo, pueden coincidir en el tiempo y varias fases a la vez, sobre todo si se necesita la vacuna rápidamente, como es el caso de esta pandemia actual.
En la fase 1, la vacuna se administra a un grupo de voluntarios mayores de edad que no están infectados.
Aproximadamente, entre 50 y 100 personas.
Lo que se pretende en esta fase es reconocer si es segura.
En la fase 2, la vacuna se inyecta a un número mayor de personas, entre 100 y 300.
Aquí se evalúa se existen efectos secundarios a corto plazo y como reacciona el cuerpo humano ante esta sustancia.
En la fase 3, se aumenta el rango de vacunaciones a miles de personas.
Se hace una comparación entre un grupo de personas vacunadas y otras que no, para evaluar su eficacia.
Si surge algún síntoma entre los vacunados, se realiza un seguimiento para detectar si hay algún efecto secundario.
En la fase 4, las vacunas se autorizan y se comercializan.
Como el número de personas vacunadas en esta fase es mucho mayor, se sigue evaluando por si surgiese algún efecto, con el fin de reforzar su seguridad.
Con todo esto, es importante conocer que actualmente no existe ninguna vacuna autorizada para hacer frente al COVID-19.
Sin embargo, muchas empresas de países como Estados Unidos, Alemania, China y Rusia. Ya han mostrado en varios medios de comunicación que tienen vacunas en fases muy avanzadas.
Pero antes de que la vacuna llegue a todos nosotros, diversas instituciones deben confirmar que son eficaces y seguras.
Está claro que medidas como la higiene, el uso de mascarillas, el distanciamiento físico, la ventilación de espacios cerrados o utilizar geles hidroalcohólicos siguen siendo acciones muy efectivas para frenar los contagios, mis estimados lectores y suscriptores.
Sin embargo, por ahora no es suficiente.
Ahora más que nunca, debemos apoyar a toda la comunidad científica que trabaja sin descanso para frenar esta pandemia.
Estamos con ustedes.
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