Eduardo María González-Pondal y Abente. |
Eduardo Pondal Abente, junto con Rosalía de Castro y Manuel Curros Enríquez, forma el trío fundamental del Rexurdimento literario que se produció en la Galicia del siglo XIX y que sentó las bases de recuperación literaria contemporánea de la lengua y la cultura gallega.
Eduardo Pondal nació en Ponteceso el día 6 de febrero de 1835, el último de siete hermanos, en el seno de una familia acomodada, hecho que le permitió adquirir una sólida formación académica y, posteriormente, dedicarse a la creación literaria en exclusiva.
De niño realizó sus primeros estudios en la rectoral de Vilela de Nemiña, bajo la tutela del párroco de Touriñán.
Este periodo de formación inicial será recordado en diversos poemas, en particular en el dedicado al dolmen de Dombate, uno de los monumentos que el poeta considera celta y que constituirá, junto con muchos otros dólmenes y castros, la prueba objetiva del carácter céltico de la nación gallega.
En 1848 se fue a Santiago de Compostela, donde continuó sus estudios: en 1854, habiendo obtenido el grado de Bachillerato, se matriculó en la Facultad de Medicina, donde finalizó sus estudios en 1860, aunque prácticamente nunca ejerció como médico.
En estos años estudiantiles en la capital gallega, Pondal participa en las actividades político-culturales de la generación heredera del levantamiento frustrado de 1846 de los Mártires de Carral, con Aguirre, Rosalía y otras importantes figuras del Rexurdimento gallego del siglo XIX.
Durante este periodo compostelano consolida su formación humanística y literaria, como muestra su dominio de las lenguas clásicas (latín y griego) y modernas (portugués, italiano, francés e inglés), así como el conocimiento de las respectivas literaturas.
El 2 de marzo de 1856 organiza y participa en el Banquete de Conxo, un evento político-cultural de convivencia entre estudiantes y obreros, donde Pondal pronunció un apasionado brindis poético, junto con Aurelio Aguirre y Luís Rodríguez Seoane.
Este acto tuvo una gran transcendencia en la Galicia de la época y también para el poeta, que estuvo amenazado de destierro por su participación.
A partir de este año de 1856, la figura de Eduardo Pondal adquiere relevancia pública e inicia la publicación de poemas en diversos medios periodísticos y literarios.
Ya en 1857, publica sus primeros versos en gallego, un fragmento del poema épico Os Eoas, una larga composición en la que trabajó a lo largo de toda su vida.
En 1858 aparece la primera versión del poema “A campana de Anllóns”, tal vez la composición más conocida del poeta.
Trabajó como médico de la Armada en Ferrol en los años 1861 a 1862, y posteriormente en el 63 aprueba las oposiciones y se convierte en médico de la fábrica de armas de Trubia, Asturias. Donde permanece solamente un poco más de un mes, pues no resiste la vida militar, tan lejana a su espíritu poético.
Abandona su destino y su profesión para ocuparse enteramente a la creación de una obra dedicada a la defensa de la nación gallega, de su lengua y de su cultura.
Sin duda, el peso de la influencia de Rosalía de Castro hace que Pondal incremente sus publicaciones en gallego y a partir de la aparición de su gran obra Queixumes dos pinos en 1886, se convierte en un escritor monolingüe en gallego, al tiempo que tras su muerte y de la ausencia de Curros (en Madrid primero y en la Habana después) Pondal se convierte en el poeta de referencia de la Galicia decimonónica.
De acuerdo con esta condición y a pesar de que tras el periodo compostelano el poeta vive fundamentalmente instalado en Ponteceso, con salidas esporádicas a Santiago y A Coruña, participa en numerosas actividades de carácter democrático-nacionalista.
Es en 1890 cuando Pascual Veiga le encarga el texto del Himno para el concurso internacional convocado para tal efecto.
Las cuatro primeras estrofas del poema “Os Pinos” se convertirán en el himno gallego, especialmente a partir de su consideración como tal por parte del colectivo gallego emigrante en Cuba, y sin duda; también por su aceptación por parte de las Irmandades da Fala a partir de 1916.
En las últimas décadas del siglo XIX y en los primeros años del siglo XX, Pondal frecuenta A Coruña y participa en la Cova Céltica, círculo nacionalista donde Murguía ejercía como patriarca y Pondal como bardo.
Habiendo fallecido todos sus hermanos, en 1908; se instaló definitivamente en A Coruña, ciudad donde se consolidó como o Bardo del pueblo gallego, en un periodo final marcado por crisis de salud física y mental, que se agudizó en el último periodo, lo cual le impidió ver publicado el poema épico Os Eoas, que consistió en una obsesión literaria a lo largo de toda la vida del poeta.
Eduardo Pondal falleció el 8 de marzo de 1917 en la pensión “La Luguesa” en la calle Juana de Vega, solo y ciego, atendido por los amigos galleguistas y después de ceder todos sus manuscritos a la Real Academia Galega, de la que era miembro desde el momento mismo de su creación en 1906.
El entierro del poeta constituyó una verdadera manifestación popular y ciudadana, con representación personal y a través de coronas fúnebres de todas las instituciones gallegas, y también de la emigración.
Estas representaciones y más de una multitud ciudadana acompañaron al féretro hasta el cementerio de San Amaro, donde las Irmandades cantaron el Himno, como manifestación pública de afirmación en el momento final de Eduardo Pondal, que tras la muerte de Rosalía de Castro, ejerció como poeta nacional.
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