¿Por qué le hablas igual a tu perro que a tu bebé?
https://www.manuelverdugo.com/2022/02/le-hablas-igual-tu-perro-que-tu-bebe.html
¿Por qué le hablas igual a tu perro que a tu bebé? |
Oi oi oi oi cosita, ¿Quién es esta cosita bonita? Tú, tu, tú lo eres…
¿A quién le estoy hablando, a un perro o a un bebé?
Es difícil saberlo, ¿no? ¿Tú qué crees?
Pues en realidad podría ser a cualquiera de los dos. Los lingüistas han estudiado la forma en que las personas hablamos con los bebés y las mascotas y encontraron grandes similitudes.
Las características tanto del habla dirigida a los bebés como del habla dirigida a las mascotas incluyen una entonación más aguda, más lenta, cargada de afecto y una prolongación exagerada de ciertas sílabas.
Pero ¿por qué les hablamos así?
Algunos investigadores creen que cuando hablamos cantarinamente con un bebé puede ser útil para alentar el desarrollo del lenguaje en el niño.
Al contrastar más los sonidos puede hacer que mantengan más la atención al aumentar los procesos neuronales implicados. También se cree que la voz más dulce y aguda ayuda a crear y mantener los vínculos emocionales.
Sin embargo; no todas las culturas utilizan este tipo de habla para dirigirse a sus pequeños.
Los bebés a los que no se les dice; “ai ai ai, pero quién es el más precioso”, también aprenden el idioma. Está demostrado que los humanos aprenden el lenguaje aunque no se les hable jovialmente.
Cuando los bebés comienzan a hablar correctamente, usando palabras y oraciones, los cuidadores empiezan a dejar de ser exagerados. La tendencia de los adultos a agudizar nuestro tono parece que no tiene tanto que ver con el impulso de instruir a los niños, sino por la percepción de que la persona con la que estamos hablando no conoce nuestro idioma.
La percepción parece ser la base de por qué también hablamos con nuestras mascotas con esa voz. Sabemos que ellas no van a aprender a hablar, pero muchas veces no podemos evitar ponernos en la situación de como si estuviésemos hablando con un bebé que en un futuro hablará. Así que nuestros hábitos de conversación adorable persisten.
La estrategia de hablar de esta manera parece emplearse en contextos donde el hablante siente, consciente o inconscientemente, que el oyente puede no dominar completamente el lenguaje o tiene dificultad en la inteligibilidad del habla. Como durante las interacciones con personas mayores o cuando hablamos con alguien que no entiende bien español.
Así que; no hablamos con los perros como bebés porque los veamos como bebés, ni porque sean adorables, sino porque sentimos que les resulta más difícil entendernos. Pero en realidad, aunque hablarle así a nuestras mascotas y bebés no fuese lo más beneficioso del mundo, probablemente seguiremos haciéndolo, ¿verdad que si cosita? ¿verdad? ¡Si; seguiremos hablando así, si, si, siempre!