Es el único hijo de Abraham Simpson, un veterano de la primera y segunda
guerra mundial y también de Mona Simpson, una activista pacifista.
Cuando Homer aún tenía once años, su madre los abandonó para huir de la justicia y Homer se quedó sólo con él, que lo crió como un padre soltero.
Cuando Homer aún tenía once años, su madre los abandonó para huir de la justicia y Homer se quedó sólo con él, que lo crió como un padre soltero.
El pequeño Homer era un niño inquieto e inteligente. Hasta que un día jugando decidió meterse unos lápices de colores por la nariz y uno se le quedó clavado un poco más arriba. De esa no volvió a ser el mismo y se convirtió en el Homer que todos conocemos hoy, no muy listo la verdad.
Nadie se explica muy bien como llegó a graduarse, lo cierto es que es un hombre con muchísima suerte, no tenemos más que mirar a Marge; su primer amor y aún siguen juntos. Bueno con unas cuantas crisis matrimoniales de por medio, casi todas culpa de Homer.
Pero; como se quieren mucho y Marge es una santa siempre vuelve.
Son padres de tres hijos; el travieso Bart, al que tuvieron cuando eran muy jóvenes. Un par de años después llegó Lisa la niña prodigio y de sorpresa seis años más tarde nació el bebé Maggie.
Los cinco viven en una casa de dos plantas con patio trasero, situado en el número 742 de Evergreen Tierras, en la ciudad de Springfield en algún punto de EEUU al oeste de Shelbyville, tienen dos coches, un perro y un gato. Pero; también han tenido de mascota un elefante, una langosta, una vaca, un pony y un mono ayudante.
Homer trabaja habitualmente como inspector de seguridad en la central nuclear de Springfield, aunque ha tenido trabajos de los más diversos; diseñador de coches, boxeador, crupier, crítico de cine, guardaespaldas, conductor de quitanieves, de mono raíz, de camión de helados...
Pero sin lugar a dudas, mi favorito es el de astronauta de la NASA. ¡Si! Efectivamente; Homer ha estado en el espacio.
Homer es un hombre de placeres sencillos, le gusta comer rosquillas, jugar a los bolos, tirarse en el sofá a ver la tele, animar al equipo de fútbol local.
¡Vamos isótopos!
Y a pasar el rato bebiendo cerveza Duff en el bar de Moe con sus amigos.
Esta vida tan sana y equilibrada que lleva, le ha supuesto uno que otro susto en el pasado, llegando a morirse en un par de ocasiones, pero Marge siempre lo resucita.
Los Simpson han recorrido medio mundo, y es que les encanta viajar. Han estado en Brasil, en Japón, Australia, Italia, Tanzania, China, y son sólo algunos de los destinos que han podido disfrutar de su presencia.
Aunque parece que a Homer no le queda mucho tiempo, estoy segurísimo de que aún le quedan muchos lugares por visitar, empleos por probar, kilos que engordar y a la pobre Marge mucho… mucho que aguantar.